sábado, 6 de junio de 2020

PARA NO VENIRSE ABAJO.

De crío, en casa Mendive , no recuerdo desayunar, comer, o cenar , vestidos de cualquier manera.  Quiero decir ,  en pijama, o bañador, o ...bueno, he de tener cuidado con esta entrada porque no todo el mundo la va a entender.

David Gilmour en su biografía de Kipling escribe «se compadecía de los hombres y mujeres de puestos remotos que intentaban mantener su dignidad e incluso su cordura. La imagen de los victorianos en el trópico arreglándose para sus cenas solitarias provoca invariablemente regocijo; pero Kipling supo ver la importancia de tales ritos en la lucha contra el resquebrajamiento interior o "para no venirse abajo".

En uno de sus cuentos un funcionario forestal que vive solo en un bungaló en medio del bosque, se pone cada noche una camisa blanca almidonada para "conservar su autoestima en la soledad".

Kipling hacía lo mismo en la casa de Lahore, incluso cuando su familia estaba fuera, porque "uno sabía que si se rompía el ritual de arreglarse para la cena uno se desprendía de su ancla de salvación"».

Ese “para no venirse abajo”, o “conservar su autoestima en la soledad”, es el sentido que mis padres nos inculcaron.

Después lo he seguido haciendo, también solo.

Me parece un espectáculo grotesco ver gente comiendo en calzoncillos, traje de baño, o medio en bolas.


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