jueves, 18 de junio de 2020

HOY ME DOY CUENTA.

Hoy me doy cuenta.

Cuántas veces he pensado, ahora, cuando está la vela acercándose al pábilo y ya es demasiado tarde para intentar nada, que si yo fuera un verdadero tigre del Example ( así nos llamábamos en el club Bauprés, en Barcelona) , un hombre de verdad, que supiera dirigirse directamente hacia su presa con la garra directa al cuello de la vida ,  y no este hombre de broma que soy.

Si yo hubiera sabido sopesar las situaciones o pararme más de un minuto seguido en el mismo tema, si hubiese dedicado años a especializarme en algo que de verdad me gustase, o me hubiese hecho ganar dinero  en lugar de paladear todos los manjares y visitar frívolamente todas las mesas,  picando de aquí y de allá,  yendo de flor en flor, perezoso, soñador, divertido de lo que de verdad importaba, ¡entonces qué  tío hubiese sido! ¡entonces sí que deberíais compraros unos ojos y unos oídos  nuevos para leer mis libros, o escuchar mis canciones, o envidiaríais mi posición y prestigio , ahora transformados en estrellas de nueve puntas! 

Pero después pienso justamente lo contrario: en realidad, si yo hubiera sido esa persona solvente, ese tío que va como diciendo " yo y mi pecho somos uno!",  ¡apartaos!,  seguro que habría dedicado mi vida a algún objetivo y no a hacer lo que he hecho, que es preciosamente eso, divertirme, ir de aquí para allá, componer y cantar  mierdas de canciones , escribir tonterías, que es  la ocupación de los que odiamos los objetivos. 

Quién que sirva para la vida se iba a esconder en un proyecto de hombre hecho a sí mismo, exitoso y pagado  de sí mismo.

Yo no.



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