viernes, 5 de junio de 2020

TODO LO DEMÁS ME IMPORTA NADA.

A veces pienso que durante años fui como esas tapias, con esos carteles que se superponen unos con otros: el anuncio de un concierto dura exactamente tres cuartos de hora hasta que viene otro cartel de una inmobiliaria que lo cubre, o de un puticlú, después un anuncio de un circo que pasa por la ciudad. 

Consumí sin orden. Daba lo mismo belleza, fealdad, tristeza o alegría. Una vida desordenada y sin criterio.   En mi vanidad, uno sólo dejaba  el rastro cuando ha pasado su propia ráfaga. Vivía  de ráfagas de belleza, de talento, de humor. Eran  imágenes, imágenes, imágenes. No más que eso. Los estímulos, de la fe, de las aventuras, del sentir el ahora,  eran  tan brutales y tan compactos que no me daba tiempo a pensar, porque enseguida viene otra imagen , otra historia, otra experiencia a suplantar

Así me ha ido.

Después , mucho después, después de unos cuantos fracasos, unas cuantas personas que se me ha muerto, de  bastantes desengaños , y de volver a empezar en cruces de caminos sin sentido, sólo quiero lo que está muy cerca de mi: en la mesilla de casa, en María José, en los libros que leo, las canciones que canto y recuerdo, lo que escribo, lo que ando o paseo, lo que rezo.

Lo que rezo con esta fe pequeña, desengañada, infantil.

Así entiendo la libertad. El dinero no es más que un papel que te da acceso a todos los bienes que produce una sociedad. Desde entrar en un supermercado, en un concierto y , en fin, esas cosas. Si crees que ese dinero te da acceso a ese bienestar y a esos productos y crees que eso es la libertad, pues te hace libre.

Y allá tú.

Y si crees que la libertad consiste en desear menos cosas para no tener tantas necesidades, pues, a lo mejor, de la austeridad, de la renuncia sale la máxima libertad posible. A lo mejor, alguien que no desea nada, que tiene lo imprescindible, es más libre que el que tiene mil millones. 

Eso busco. Ese punto en que el dinero no se convierte en riqueza, sino en libertad.

Todo lo demás me importa una  mierda.


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