lunes, 1 de junio de 2020

ESTAR DE VUELTA EN UN VIAJE QUE SÓLO ES DE IDA.

Vivir es un viaje con un solo billete de ida, Una función sin ensayo. Un ahora o nunca.  Un  examen final. Un no hay vuelta atrás. 

Para algun@s es una carretera repleta de señales absurdas de circulación. . En este camino de dirección obligatoria  se alternan los semáforos en ámbar con los STOP inesperados. Nos mareamos en rotondas antes de elegir por cuál seguir.  

Avanzamos entre ilusiones, pedazos de sueños rotos, tropiezos, sonrisas y cicatrices que van escribiendo nuestra historia en la piel. 

Nos decimos que  aprenderemos de los  errores y,  ja,  los repetimos porque estamos mal hechos, a medio cocer. Creemos morir de amor y no tenemos ni idea de qué es eso. Pensamos que nos conocemos hasta que alguien nos canta las cuarenta y nos pone en nuestro sitio.

Podemos mirar atrás por el espejo retrovisor , pero no volver. Lo hecho queda, la frenada deja su rastro ,  lo dicho queda y el pasado se va llenando de decisiones tomadas o encontradas, de lo que nos ocurrió mezclado con lo que no permitimos que nos ocurriera y de recuerdos reales e inventados. 
Algunos  avanzamos y vamos soltando lastre a usties , ¡ hay tanto que soltar y que desprenderse!  

Toca respirar, dejar que nos adelante quien vaya con prisa y que se baje quien ya no comparta destino.

A estas alturas de la vida veo  más claro que nunca que tengo el corazón fuerte de tanto romperse y la risa fácil de tanto llorar. Sé s que lo que me mató , me engordó .

Y sé lo bien que sienta estar de vuelta en este maravilloso viaje que es solo de ida.


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