El baile es un arte y una metáfora muy potente sobre nosotros.
Lo que es maravilloso del baile es la capacidad que tiene el bailarín de transfigurar el esfuerzo en gracia. Es decir, de hacer esos dibujos físicos como sin darse un pijo de importancia.
Cuándo veis a un bailarín haciendo barra, es un espectáculo penoso y patético. Están sudando, están llenos de tiritas, les duelen los pies…
Cuando un bailarín de ballet levanta y lleva al vuelo a su paternaire por el escenerio en un "pas de deux" nos parece tan fuerte como Atlas , pero cualquier bailarina podría explicarte que mucho de ello está en saber como dejarte llevar.
Ah, amigo, pero lo importante es que lo que están haciendo ahí les permite que, al salir a danzar , parezca que no tienen cuerpo, es decir. Que su cuerpo está transfigurado por la música.
Y entonces, es una caligrafía de soltura, un dibujo a mano alzada
de ligereza… que no se nota el esfuerzo.
Esa es una experiencia que no solo se da en el baile, sino que se puede dar en muchas cosas. Se puede dar en tu manera de trabajar como comercial, por ejemplo , que no se nota el esfuerzo de horas y horas de gastar suelas de zapatos...¡ en todas las profesiones se puede hacer arte !
Claro que has tenido que trabajártelo. Es algo que puede hacerse en la relación amorosa. Por supuesto que toda relación amorosa exige esfuerzo, pero que no se note. Hay una especie como de gracia , como de señorío , que es la belleza en movimiento.
Lo estoy haciendo de una manera en la que parece que tu cuerpo no pesa, que pensar no cuesta, que me he entrenado mucho, y entonces las cosas se hacen con ligereza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario