viernes, 27 de noviembre de 2020

SEPULCROS BLANQUEADOS

En Guatemala visité el cementerio de Chichicastenango. Allí es costumbre  pintar las lápidas  de vivos colores.  Una  vuelta de tuerca a la metáfora de los sepulcros blanqueados.


Después de todo, llevar una doble vida es muy excitante. Necesitas continuas descargas de adrenalina que te mantengan siempre en estado de alerta para que la ficción no se rompa. 


Un mal gesto puede generar una traición o una venganza que pondrá patas arriba tu biografía. 


Incluso corres grave riesgo si sueñas en voz alta o estando borracho te vas de la lengua. Esa tensión permanente produce a veces mucha emoción: en un descuido puede abrirse el armario y cae el muerto de bruces en el salón en medio de los invitados.


Hay dulces lágrimas de beata que esconden un adulterio; sofisticadas damas de alta sociedad que tiemblan por si se descubre su pasado en cualquier prostíbulo.


Empresarios piadosos con un hijo que lleva su sangre, pero no su apellido. 


 Si eres un empresario  muy honorable y te has dedicado a dar lecciones de honestidad a todo el mundo, la emoción de vivir al borde del acantilado llega al grado máximo. 


Aunque el armario del señor X ( no digamos nombres) estaba bien cerrado, desde el principio de su vida profesional algunos  detectaban  un olor muy desagradable que emanaba por la cerradura. 


No se puede negar que ha sido una obra maestra el haber mantenido durante tantos  años una ficción de honradez, sentido común y ejemplo de ciudadano cristiano ,  pero de pronto la puerta del armario se ha abierto y ha caído un cadáver en medio del teatro. 


El asombro de la peña  al descubrir que el muerto era el propio  don  X  y que el tinglado de la antigua farsa se venía abajo.




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