jueves, 9 de mayo de 2024

NO SON LO QUE PARECEN.

Que comenzase mi vida profesional de becario en Viaró, y que después fuese a al colegio Terraferma , en Lérida, con el cambio social, cultural , hasta opusino ( porque no es lo mismo el paisaje de uno y de otro colegio) , siguiese en Turó, en Tarragona, y terminase de subdirector en Valladolid , en el colegio Peñalba , me permitió una cosa. No quiero marcarme folio y darme chapa, pero sé de chavales, de padres, y de profesores.


Hoy la entrada va de críos. Y lo primero que sé de ellos es que un niño nunca es lo que parece. Es mucho más de lo que vemos. No es una criatura a la que le hablas como si fuese tontito, como sin formar, como que "hay cosas que no entenderá". A la mayoría de vuestros hij@s donde no le llega la cabeza , alcanza el corazón. 


A un niño le puedes hablar de lo que quieras. Te entenderá.  A veces llegarás tarde. Porque ese hijo te ha escuchado cuando  pensabas que estaba dormido, te ha visto cuando creías que estaba absorto en sus cosas. Ese niño, que habla con otros amigos de su clase, que  sigue las series , y las entiende, intuye que quizás su padre se ha enamorado de la madre de un amigo. Se cosca que sus padres se llevan mal. O tiene miedo porque a su alrededor se desmorona el mundo de sus amigos - padres que se pelean, madres que se cuentan secretos que deberían hablar  a solas. 


O ese otro que ha visto  masturbarse   a su padre , cuando creía el hombre que no había testigos,  y ya nada será igual desde entonces.


Porque pocas cosas sabrás de lo que tus hijos saben  cuando les has hecho daño.


Y lo escribo por mi. También  ha sido parte de un secreto. La verdad duele, pero es la verdad.


Un chaval , pese a su edad , con el sufrimiento acumulado , alcanza una madurez insospechada para el adulto, y si le hablas con honestidad, con el lenguaje adecuado, con calidez, afecto , pero yendo al grano, sin mentir,  te entiende . Perfectamente. 


¡Lo he visto tantas veces!  Se trata de hablarle directamente, mirándole a los ojos, y apelando a lo mejor de él, que son sus ganas de  corresponder a  quien confía en él y le quiere. 


Podría contar muchas anécdotas. 


El que vio a su padre masturbándose , sin que el hombre supiera que le había pillado el hijo, me lo contó cuando el chaval tenía catorce años. La pillada fue a los doce. Sentía un rechazo y una repugnancia absoluta por él. Lo despreciaba.  Lo juzgaba con una falta de  piedad comprensible - comprensible para uno que estudiaba en Viaró, que añadía en su conciencia el "pecado mortal " de su padre junto al desprecio que para él significaba el acto respecto a su madre. 


Lo contó con ganas de sanarse - él sabía que algo no estaba bien en su actitud, por eso se sinceró- , y le hablé de lo que necesitaba escuchar: de perdón, de que uno mismo, yo, era como su padre, de que nadie merece ser castigado por sus errores...en fin, le dije lo que su padre le hubiese dicho al oír esa confidencia.


Ten cuidado, tus hij@s  nunca son lo que parecen.


Y se merecen lo mejor de ti, como abuelo, como padre, o como amigo.





17 comentarios:

  1. Es completamente falso y arbitrario poner todo el aprendizaje en la infancia, todo el trabajo en la edad adulta y todos los arrepentimientos en la vejez.

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    1. Cierto, pero en la infancia se construye hacia abajo, o sea, poniendo los cimientos del edificio de la vida. Nos la jugamos demasiado si no se hacen sólidos....

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  2. Un profesor trabaja para la eternidad: nunca sabés dónde acaba su influencia.

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  3. Uno aún no se ha acostumbrado a los efectos de la educación en el tiempo. No hace ni una semana que alguien me habló de un director de un club juvenil que le dejó una huella de rencor imborrable. Y me decía " tengo ganas de cruzarme con él para decirle el daño que me hizo".

    Mientras me contaba las humillaciones que pasó por ese hombre , pensaba de mi: "¿ cuántos como éste hablarán así de mi?

    Yo doy gracias de haberme cruzado con algún antiguo alumno que me ha echado en cara mis torpezas. Y haber podido pedir perdón...lo que no quiere decir haber sido perdonado.

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  4. George Orwell escribió: "a los cincuenta años cada uno tiene la cara que se merece".
    Somos herederos de la cagada de nuestros primeros padres, todos vamos con la mochila del pecado original a cuestas.
    El psiquiatra Künkel decía que los niños pequeños avanzan no por evolución sino por revoluciones, como el niño de la entrada, porque el pensamiento lógico todavía no está en marcha y todo es emotividad.
    Cuando llegas a la adolescencia ya está marcado el recipiente y estás frente al mundo. Me imagino que poco puedes hacer. Yo me refugiaba en la rigidez, buscando una seguridad artificial. Así caí en el Bayer Leverkusen, yo caí enamorado de la moda juvenil.
    Con tantas normas contradictorias me explotó la rígida cabeza. Explota, explótame, expló, explota, explota mi cabezón (todavía tengo secuelas). A pesar de todo, ni siquiera me planteé dejar el Bayer Leverkusen: me tuvieron que echar. Déjame en paz, que no me quiero marchar, y que me dejes mejor quemar, en el infierno del Bayer no estoy tan mal.
    En la soledad de un piso empecé a reflexionar, leer, y recordar cosas para reinterpretarlas, para darles una nueva luz.
    Es un esfuerzo, como Suso hace con el blog. Si tiras la toalla en plan soy así, qué le voy a hacer, cuando me enamoro, entonces nunca cambiarás, no evolucionarás.

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    1. La mejor decisión que he tomado en la vida fue la de largarme de la Fiorentina. A pesar de lo que hice emocionalmente herido y algunas veces con ciertos remordimientos (rejalgares y síndromes de Estocolmo... visto lo visto los últimos 20 años fue una decisión muy bien tomada.

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    2. Ayer fui a ver , y escuchar , un concierto de mi hermana en el órgano de Celanova. Allí estaban unos chavales de Bachilerrato con un profesor. El tío al saber que mi hermana había sido organista de Torreciudad, le dijo que él era "excombatiente". Le agradeció sus días en Torreciudad - sentía admiración y devoción por su música.

      Mi hermana me presentó " este es mi hermano".

      - Me llamo Suso.

      - ¿ El de la canción del Idiota?

      - Ese.

      Hacía pocos años que había dejado la opus. Había estado en Cavabianca.

      - ¡ ¡Coño, West Pont!

      - Perdona- me dijo- a mi el opus dei me cae muy bien.

      - A mi no del todo, pero Cavabianca es West Point.

      Tenía un Estocolmo muy potente.

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    3. Hay una peli de ciencia ficción que representa muy bien eso de West Point estilo Borussia de Dortmund. Se llama Yo robot y fabrican máquina perfectas en serie. Lo importante es que obedezcan, no piense y mucho menos que no tengan iniciativa. Lo dicho, Yo robot con Will Smith.

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  5. Educar es una inversión en la que siempre se gana y cuyo beneficio siempre cabe en el equipaje de mano, no se puede perder, ni nadie puede robar.

    Eso es la educación. Las creencias son otra cosa, y no se educan e ellas; se contagian. O no.

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  6. Hay que volver a educar bien en casa y en los colegios. De lo contrario la educación tendrán que impartirla los antidisturbios, de un modo más expeditivo.

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    1. Esto es del filósofo Marina?

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    2. Es pura lógica. No se requiere ni ser de la Marina ni ser filósofo.

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  7. Sobre la educación nadie lo ha explicado mejor que un gurú de la comunicación: "la revolución empieza en Harvard". Palabras sabias de un hombre sabio.

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  8. Suso, sí sabes mucho. Tu reflexión me lleva al recuerdo y a la autoreflexion ... Vivo con la idea de que fui un alma cándida ... quería vida la vi siempre -al menos casi siempre, de color de rosa.
    Tal vez cerraba los ojos ante algunas sospechas... quizá no quise admitir que no era oro todo lo que brillaba ...
    Pero debo admitir que me queda la sensación de no haberme enterado de casi nada.

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    1. Es cierto que eres personan cándida y de una ingenuidad maravillosa. Te conozco muy bien, y tú a mi. Pero en ti no es algo forzado, ni barroco, ni hay doblez, ni suspicacias. Eres así. Está claro que con el paso de los años uno va adquiriendo habilidad para captar la ironía, el doble sentido de los mensajes, a detectar mentiras a partir de incongruencias, falsedades, imposturas.

      No es tu caso. Cincuenta años después de conocernos, eres el mismo. Lo tuyo es de cuna. Y yo me alegro.

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