viernes, 14 de noviembre de 2014

ALEGRÍA.

Destilo desde hace un tiempo una extraña alegría, y una paz remansada , sin la que , intuyo, nada verdadero puede hacerse.

Es algo pequeño, pero muy denso, como  el amarillo de una corteza de limón, o la gota de aceite traslúcida al contraste con la luz del sol, como una nana cantada por una niña, o el suspiro de una anciana encendiendo una vela a santa María.

No sé qué es, cómo se nombra, pero alcanza muy dentro. No sabría explicarlo.

6 comentarios:

  1. Es demasiado profundo todo esto, como se puede sentir asi;eso es q alguien te ayuda y tu sabes quien es pues adelante. !,,,,,,, las cosas mas nimias nos hacen sentir bien,,,,,,,, xa q tanta riqueza solo sirve para ser unos serviles a la orden del dinero,
    buenos dias y suerte

    ResponderEliminar
  2. La Parábola del yépale.

    Hace seis horas amaneció en Guatemala.
    Una hembra humana, de unos veinticinco años, acaba de romper aguas.
    Su marido agarra la camioneta y se dirigen al Hospital de Santa Lucía, van a tener su primer hijo. Un zoquete.
    Los zoquetes de este mundo son salvajes, no encajan ni a martillazos en el puzzle de la vida, hacen auténticas barbaridades y si te descuidas te queman el chiringuito.
    Cuidadín con ellos, son muchos y se pasan de frenada.
    ...
    Algunos de ellos, tras enseñarles a leer y a escribir, son capaces de hacer preguntas bastante complicadas.
    Por qué cojones el Sol es redondo ?
    Podemos construir una escuela que no salga volando con cada tifón tropical ?
    Dios es omnipotente ? Si es hombre como yo, tal vez no sea omnipotente y simplemente es cabezón .
    Si las vacunas se fabrican con productos naturales y aquí la naturaleza es tan potente, tal vez podemos fabricar nuestras propias vacunas y que le den matarile a la Bayer, que nos saca los cuartos que no tenemos .
    Si, soy un zoquete, el Rey de los Zoquetes, el Premio Nobel de Zoquetilandia, máster en Zoquetimancia, pero el día que me trajeron a este mundo, un señor de nosededondehasalidoestetipejo, estaba contento y no sabía ponerle nombre a su paz.
    El jodido profesor que me enseñó a leer, a cantar y a echarle un par de narices al mundo mundial.
    ...
    Un zoquete, como yo.
    ...
    Ahora, si no os importa, tengo cosas que hacer.
    Mi madre estå a punto de parirme.
    Y andamos ambos de oxitocina hasta las trancas.
    ...
    Joder, para ser un zoquete ya se lo que es la oxitocina.
    Igual me hago médico.
    Si tengo suerte, el Gran Zoquete que no sabe ponerle nombre a su alegría, me pone las pilas.
    En fin, de momento voy a salir del vientre de mi madre.
    ...
    Es el primer paso.

    ResponderEliminar
  3. Suso, que envidia! Ojalá yo volviera a encontrar esa alegría y esa paz.

    ResponderEliminar
  4. En una ocasión me dijo una religiosa carmelita,que cuando uno se siente así, como más o menos describes,es porque esta contigo El Espíritu Santo.
    Que sigas así,




    ResponderEliminar
  5. El gran silencio. Le grand Chartreusse.
    No descubres nada nuevo. La verdadera vida está en la vida del espíritu y en el placer moral.

    ResponderEliminar
  6. Sólo se necesita hacer una cosa para dejar que las verdades afloren e irradien: quitarnos a nosotros mismos de en medio. Es entonces cuando nos convertimos en ojos y dejamos de ser gafas. Sucede que en nuestro mundo se recompensa a quien se pone en medio y ocupa el centro, a quien se muestra y se exhibe: eso es lo que nosotros vemos constantemente afuera, pero también es lo que hemos interiorizado, hasta el punto de que, dentro de nuestra cabeza, nos pasamos el día entero exhibiéndonos para nosotros mismos. Por sí mismo, quitarse de en medio es lo más fácil, y por eso a la gente más llana le resulta muy sencillo. Pero como nosotros, a fuerza de buscar reconocimientos y de hallarlos, a fuerza de llenarnos de nosotros mismos hasta rebosarnos, hemos conseguido que eso que por sí mismo es tan sencillo nos resulte lo más arduo, necesitamos a veces de esas alegrías menudas pero densas como un concentrado, y de esas tragedias desoladoras por expansivas como una campanada, para que vengan… a desalojarnos.

    ResponderEliminar