sábado, 22 de noviembre de 2014

OTRA TRISTE HISTORIA.

Ando por la calle y observo la gente.

Intuyo que muchas de esas personas que se cruzan en mi camino han atravesado el infierno muchas veces. Y  allí están, de pie.

El desfallecimiento debería ser pecado mortal.

Y algunas ingenuidades...como esa pobre ratita presumida que se casó con un violento, y zumbado, y pensó que conseguiría embridar a la bestia. La bestia le hizo ocho hijos - habría que saber el coste de esas cópulas- y hoy la deja tirada sin el menor remordimiento.

Con el mismo arrebato profanador  como la conoció.

El líder local "provida" se piró con una señora de posibles.

1 comentario:

  1. UNA HISTORIA DE PUEBLO.

    Estoy en el Hospital Virgen del Castillo en Yecla, cuidando a mi madre.
    Ayer, mientras le hacían un TAC recibí el Sacramento de la Confesión a futuro.
    Me explico.
    Antonio, el capellán del hospital me conoce bien. Como sabe que se la tengo jurada a mi ex cuñado, me agarró de la pechera, me arrastró a la capilla, e hizo que me arrodillara frente al Boss.
    Escúpelo, Diego. Me dijo mientras me agarraba con sus manazas de pastor de mindunguis.
    Quiero matar al tonto los cojones de mi ex cuñado.
    Te arrepientes de tus malos pensamientos ?
    Ni de coňa, Antonio.
    Vas a hacer un acto de constriccion ?
    Va a ser que no, Pater.
    ...
    Reza conmigo por mi.
    Y eso, Antonio ?
    Vamos a por ese capullo, mientras yo le agarro tú le atizas.
    ...
    Menuda forma de administrar el perdón, Antonio, nos van a correr a gorrazos en el pueblo.

    No creo, chico.
    A ver si así te calmas un poco, chaval.
    ...
    Este Antonio sabe dirigir su rebaño de cabras locas y tirarle pedrás a los lobos.
    A la vez.

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