«Nos hace falta decirnos bien las
cosas que nos dieron nuestros mayores: bendecir nuestro pasado, no
maldecirlo.
Lo que fue pecado e injusticia también necesita ser
bendecido con el perdón, el arrepentimiento y la reparación.
Y lo
que fue bueno, necesita ser bendecido con el reconocimiento y la
acción de gracias que sabe valorar la vida que se nos dio, la tierra
que recibimos.
Bendecir el pasado es hablar bien de Dios, de nuestros
padres y de nuestros abuelos. Agradecer lo que nos dieron aun con sus
imperfecciones y pecados es ser bien nacidos. Pero es mucho lo
recibido.
El que maldice para atrás es porque seguramente está
planeando sacar una ventaja en el presente o en el futuro, una
ventaja que no será bendición para otros».
Hay gente que respira rencor o rechazo hacia instituciones en la que vivieron , las familias que formaron y se vinieron abajo, o hacia personas que,
supuestamente, son culpables de tantos problemas como tuvo, e incluso
tiene ahora como consecuencia de esos hechos.
He pensado en
esto, no por primera vez pero sí con nuevos matices, al leer este
comentario del Papa Francisco cuando era cardenal de Buenos
Aires.
"Lo que fue pecado e injusticia también necesita ser bendecido con el perdón, el arrepentimiento y la reparación".
ResponderEliminarMás bien con la comprensión del receptor , no?.Ó en todo caso con EL ARREPENTIMIENTO DEL REFETRENTE, lo cual es imposible en muchos casos.
En todo caso, brillante y provechosa lección de Francisco. Bien traída.
Debemos reconciliarnos con nuestro pasado y no escudarnos en él.
Ayer me cruce con mi ex cuñado en un hospital.
ResponderEliminarMe hubiera gustado perdonarle y darle un abrazo fraternal y sincero.
Pero el hermano que hay en mi fue mucho más rápido que yo y le agarro del cuello para llamarle cobarde.
Leeré más al Papa, para ver sí mejoro.
Igual lo consigo.
Teniente Q por error elimine tu comentario
ResponderEliminarSorry
No importa, lo mando de nuevo. Además, aprovecho para añadir un par de frases que aclaran el título.
EliminarBLOWIN’ IN THE WIND
EliminarEs un error que hemos cometido todos, pero del que sólo tomamos conciencia cuando vemos que lo vuelven a cometer quienes vienen detrás de nosotros: pensar que todo lo que nos encontramos dado viene por sí mismo y no hay que agradecérselo a nadie. Por eso, cuando lo que desde siempre nos hemos encontrado dado de pronto nos falta, eso lo sentimos como una injusticia, a nosotros mismos nos sentimos como víctimas y a los demás como culpables. Favores que hemos recibido inmerecidamente los convertimos en derechos, y los derechos los convertimos a su vez en exigencias irrenunciables. Así es como luego nos pasamos la vida insatisfechos, protestando y reclamando.
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Cuando hoy, fijándome por la calle en las generaciones jóvenes, leo en sus caras que van por la vida dando por supuesto el camino que tuvimos que allanar nosotros, me doy cuenta de que exactamente ese mismo error cometí yo con nuestros padres y nuestros abuelos. Y entonces es cuando los méritos de nuestros antecesores, en apariencia tan menudos y que tendemos a despreciar, se potencian hasta lo inmensurable; mientras que nuestros aparentes méritos, supuestamente tan enormes y de los que tanto nos gusta sentirnos orgullosos, se reducen a nada.
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En estas cosas pensaba yo ayer durante un recital de poesía: ¿cuántas generaciones de analfabetos fueron necesarias para que ahora nosotros sepamos expresarnos poéticamente? Cada poema que leemos, ¿con cuántos brutos analfabetos está en deuda? ¿Cuántas generaciones de analfabetos se necesitan hasta que se llega a componer un poema? La respuesta, amigo mío, la va soplando el viento.
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Diciéndolo con los términos del Barullo: las dentaduras impolutas que vemos por la calle, obedientes a cánones estéticos recientes y resultado de ortodoncias pagadas por la seguridad social, ¿no lo deben todo a los desdentados? La verdad de las ortodoncias está en los desdentados.
Gracias por ponernos este comentario. Las palabras de Francisco siempre me dan paz. Espero que cuando te vayas sigas acordandote de nosotros. No nos olvides. Haznos pensar y sobre todo hazmos reir pues tu sentido del humor es uno de los dones mas grandes que has recibido de Dios.
ResponderEliminar"Bendecir-decir bien"
ResponderEliminarQué preciosa idea la del papa. Me sumo a lo que ha dicho Emili y mi admiración por Teniente Quilombo. Suso, mereces ser muy feliz.