miércoles, 13 de septiembre de 2017

BUSCANDO LA VERDAD : LA TOMOGRAFÍA AXIAL COMPUTERIZADA

Quien busca la verdad corre el riesgo de encontrarla.

¿Pero, adónde hay que ir a buscarla?

Sin duda, si  no  crees  en nada  más  que  lo ves  , lo que  oyes, lo que tocas, lo  que respiras, es el TAC, la tomografía axial computarizada. Para  ti  la verdad ya no es propiedad de ninguna religión, o  filosofía, y  piensas  que  tantas doctrinas contrapuestas, al final, conducen al escepticismo,  en   el  mejor  de  los  casos. Al cinismo  en el peor  de ellos.

Todas las creencias son, en el fondo, el reflejo humano de la pelea entre  distintas  maneras  de enfocar  la  vida. 

Si  no   crees  en  nada   hazte  un  chequeo médico completo. No irás  a  una  Iglesia, ni a  una  Escuela de  Yoga,  para eso hay que pedir hora en una clínica. Depende  qué  edad  tengas  , encontrarás  una  verdad  u  otra.

A los jóvenes , salvo casos excepcionales , este asunto no les va nada, pero a medida que uno envejece la verdad se esconde en algún lugar del cuerpo, y solo en contadas ocasiones asoma por el rostro. Y  cuando  brota así, parece  que es el alma  la que  aflora   por   los  ojos.

Para  ti,  que no  crees  en  nada, la forma de llegar  a   la  verdad  empieza por un análisis de sangre. Aparecen los leucocitos, los hematíes, la glucosa, la urea, la creatinina, el hierro, el ácido úrico, las enzimas, los triglicéridos, los marcadores tumorales. En este caso, si la verdad no da la cara, uno respira tranquilo.

Pero a continuación la verdad te exige más sacrificios: placas por si aparecen sombras de sospecha en los pulmones, una colonoscopía para detectar pólipos en los intestinos, un tubo que habrá tragarse buscando sus huellas en el estómago, una prueba de esfuerzo por si la verdad fuera ese trombo que pudiera obstruir la aorta y después, ecografías, resonancias magnéticas, contrastes.

Cada uno de estos chequeos requiere previamente que firmes tu responsabilidad en el caso de que mueras en el empeño.

Finalmente, si  te  pones  chulo,  el médico te pedirá que ofrezcas tu cuerpo entero a una máquina infernal cuyos  rayos  irán dividiendo en rodajas todo lo que la existencia ha ido dejando en cada una de tus anillos  nervudos  más secretos hasta el tamaño de una lenteja.

Si al final de este proceso no has encontrado la verdad, tranquilo. Sigue  viviendo.

Pero  algunos  pensamos  que  hay  algo  más. Algo que  no  sé  explicar  bien.

Visito  cada  semana  a  un antiguo  enfermo de  esclerosis. Se  muere. Visitar a  un  enfermo es  el más  extraordinario  viaje  que  se  puede  realizar en esta  vida. En  ese  hombre  con  un cuerpo  paralizado  , tan sólo  mueve  los  ojos,  se asoma un alma  de luz, un amor  de  quilates.  Ese  cuerpo  no  vale  nada, sin embargo, estás  a su lado  e  intuyes  un  corazón  atento. Un  corazón  como  esas  balanzas  minúsculas  que  usan  los joyeros . En  un  platillo  estoy  yo, pesado, egoísta, sucio, oscuro, y en otro platillo la  luz  de este  hombre.

Un gramo de luz  hace de  contrapeso a  toneladas de sombra.  

Se habla  de  "gracias  rechazadas". Pero  hay  un tipo  de  gracia  que  no se  puede  rechazar :  esa  potencia  misteriosa  que  opera  en  nosotros  sin  nosotros,  incluso  a  pesar  de  nosotros.

¿Cómo es  posible  todavía  el  orgullo,  la  vanidad, cuando  se  ha  experimentado  esto?

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