Quien busca la verdad corre el riesgo de encontrarla.
¿Pero, adónde hay que ir a buscarla?
Sin duda, si no crees en nada más que lo ves , lo que oyes, lo que tocas, lo que respiras, es el TAC, la tomografía axial computarizada. Para ti la verdad ya no es propiedad de ninguna religión, o filosofía, y piensas que tantas doctrinas contrapuestas, al final, conducen al escepticismo, en el mejor de los casos. Al cinismo en el peor de ellos.
Todas las creencias son, en el fondo, el reflejo humano de la pelea entre distintas maneras de enfocar la vida.
Si no crees en nada hazte un chequeo médico completo. No irás a una Iglesia, ni a una Escuela de Yoga, para eso hay que pedir hora en una clínica. Depende qué edad tengas , encontrarás una verdad u otra.
A los jóvenes , salvo casos excepcionales , este asunto no les va nada, pero a medida que uno envejece la verdad se esconde en algún lugar del cuerpo, y solo en contadas ocasiones asoma por el rostro. Y cuando brota así, parece que es el alma la que aflora por los ojos.
A los jóvenes , salvo casos excepcionales , este asunto no les va nada, pero a medida que uno envejece la verdad se esconde en algún lugar del cuerpo, y solo en contadas ocasiones asoma por el rostro. Y cuando brota así, parece que es el alma la que aflora por los ojos.
Para ti, que no crees en nada, la forma de llegar a la verdad empieza por un análisis de sangre. Aparecen los leucocitos, los hematíes, la glucosa, la urea, la creatinina, el hierro, el ácido úrico, las enzimas, los triglicéridos, los marcadores tumorales. En este caso, si la verdad no da la cara, uno respira tranquilo.
Pero a continuación la verdad te exige más sacrificios: placas por si aparecen sombras de sospecha en los pulmones, una colonoscopía para detectar pólipos en los intestinos, un tubo que habrá tragarse buscando sus huellas en el estómago, una prueba de esfuerzo por si la verdad fuera ese trombo que pudiera obstruir la aorta y después, ecografías, resonancias magnéticas, contrastes.
Cada uno de estos chequeos requiere previamente que firmes tu responsabilidad en el caso de que mueras en el empeño.
Finalmente, si te pones chulo, el médico te pedirá que ofrezcas tu cuerpo entero a una máquina infernal cuyos rayos irán dividiendo en rodajas todo lo que la existencia ha ido dejando en cada una de tus anillos nervudos más secretos hasta el tamaño de una lenteja.
Si al final de este proceso no has encontrado la verdad, tranquilo. Sigue viviendo.
Pero algunos pensamos que hay algo más. Algo que no sé explicar bien.
Visito cada semana a un antiguo enfermo de esclerosis. Se muere. Visitar a un enfermo es el más extraordinario viaje que se puede realizar en esta vida. En ese hombre con un cuerpo paralizado , tan sólo mueve los ojos, se asoma un alma de luz, un amor de quilates. Ese cuerpo no vale nada, sin embargo, estás a su lado e intuyes un corazón atento. Un corazón como esas balanzas minúsculas que usan los joyeros . En un platillo estoy yo, pesado, egoísta, sucio, oscuro, y en otro platillo la luz de este hombre.
Un gramo de luz hace de contrapeso a toneladas de sombra.
Se habla de "gracias rechazadas". Pero hay un tipo de gracia que no se puede rechazar : esa potencia misteriosa que opera en nosotros sin nosotros, incluso a pesar de nosotros.
¿Cómo es posible todavía el orgullo, la vanidad, cuando se ha experimentado esto?
No hay comentarios:
Publicar un comentario