DOBLE VIDA

Hay  gente  , mucha  más de  la que pensamos, que vive  en  la  doble vida.

A  veces  pienso que  es parte esencial de  la condición humana.Desde luego, hay profesiones que  llevan  anexa esa tara: la  política,y sus tentaciones, funcionarios que  tienen  la  llave de que  abre licencias, policías  que deben vigilar el orden y  la ley, sacerdotes   sin vocación, matrimonios  por interés...La fidelidad  y  la honradez  van  de la mano si  hay  vocación.  

Después de todo, llevar una doble vida provoca un subidón apasionante . Al  principio , como todo   lo  que se  hace  por primera vez, uno se ruboriza ante  la  mala   acción . La  primera  vez que  besas una  mujer que  no es la  tuya, la primera vez  que  propones  un soborno, la primera vez que aceptascolaborar en una  mala acción, ya  se sabe, se  pasa   mal.

Después  haces  callo. Y más  tarde entras  en una espiral de  vértigo,   necesitas continuas descargas de adrenalina que te mantengan siempre en estado de alerta para que la ficción no se rompa. 

La  doble   vida,  cuando es  una segunda naturaleza   exige  una memoria  prodigiosa. Un mal gesto puede generar una traición o una venganza que pondrá patas arriba tu biografía. 

Aunque  tengas muy buena  memoria, tienes que tener  mucho cuidado porque  puedes soñar en voz alta o estando borracho te vas de la lengua. 

Esa tensión permanente produce a veces mucha emoción. Hay  que andarse  con ojo pues  en un descuido puede abrirse el armario y cae el muerto de bruces en el salón en medio de los invitados. 

Hay dulces lágrimas de beata que esconden un adulterio. Sacerdotes  que viven angustiados   para que  algunos monaguillos no recuerden. Sofisticadas damas de alta sociedad que tiemblan por si se descubre su pasado en cualquier prostíbulo. Hombres  que  ocultan fotografías  que harían vomitar  a  sus  nietos .Ese laberinto pudridero  de las  almas  ha inspirado obras maestras de la literatura. 

Hoy  la  doble  vida, encima,  nos  la  radian y televisan  en directo. Para cierta clase de políticos y banqueros, estar imputado es casi una profesión. Si eres un político calavera que se dedica a robar sin imponer la moral a nadie, te pillan, te escabulles o te condenan, y ahí acaba el asunto.

Pero  si eres un personaje muy honorable y te has dedicado a dar lecciones de honestidad a todo el mundo, ¡ amigo!, entonces la emoción de vivir al borde del acantilado llega al grado máximo. 

Así  fue con el  Padre Maciel, que  por  un año casi  nos  lo hacen santo, con el presidente de la Comunidad de Madrid,el   tal  González, o  con ese santón  de  Jordi  Pujol, y familia.Y  tantos  otros.

Aunque el armario de esta gente   estaba bien cerrado, desde hacía años,  siempre hubo gente que detectaron un olor muy desagradable que salía  por la cerradura. 

No se puede negar que ha sido una obra maestra el haber mantenido durante tantos años  una ficción de honradez, sentido común y ejemplo de ciudadanía, pero de pronto la puerta del armario se ha abierto y ha caído un cadáver en medio del teatro. 

El asombro del público se ha producido al descubrir que el muerto era el personaje  en cuestión, tan majo, tan santo, tan limpio  y aseado, y que el tipo  era  una   gusanera   corrupción, y que  todo el tinglado de la antigua farsa se ha venido  abajo.