Ayer hablamos del valor de las cosas y de las personas.
La anécdota es muy conocida, aunque hay muchas versiones de ella.
"El falso Miró" de los Cela tiene una leyenda que le atribuye un gran valor, más allá de su importancia artística. El propio especialista y catalogador máximo de Miró, Jacques Dupin, la da por cierta.
El cuadro es un posible divertimento de Manuel Viola . Este personaje falsificaba con una perfección asombrosa. Hizo una copia de un Miró , y se la regaló a su amigo Camilo José Cela. Cuando Joan Miró visitó por primera vez la casa en Palma de Mallorca del Nobel éste intentó colarle que tenía un cuadro suyo sin firmar, y que, ya que estaba allí, podía hacerle el favor de echarle una rúbrica.
La treta era buenísima , pues ese cuadro firmado de no valer nada pasaba a ser auténtico:
El pintor pidió ver el lienzo.
Ordenó lo pusieran sobre una silla. Se acercó a observarlo detenidamente, se alejó un par de metros, guardó silencio mientras seguía con su examen...
- Es falso. ¡Yo no he pintado nunca ese cuadro'.
Cela, al verse descubierto, rajó la tela de parte a parte con un cuchillo montés. Miró se quedó de piedra. Después, Rosario Conde , mujer entonces del Nobel, remendó el cuadro con hilo y dedal.
Al cabo del tiempo se lo devolvió. Había pintado un nuevo óleo sobre la pintura anterior y, por detrás, había escrito de su puño y letra: 'En recuerdo de una falsa tela apuñalada que dio nacimiento a una obra auténtica. A C. J. Cela Su amigo, Miró'.
Otra versión la cuenta Gregorio Morán en su libro "El cura y los mandarines".
Allí es Miró el que pide un cuchillo y rasga el lienzo.
Cuando se marchó, comentó Cela:
- Ahora sí que vale mucho este cuadro, ¡las cuchilladas son auténticas!.
La anécdota tiene miga.
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SI QUIERES TE INVITO A PASEAR POR MI FEISBÚS
Duchamp expuso en 1917 un urinario que tituló Fuente. Después de la exposición lo tiró a la basura. No contaba con la importancia de la obra, cuya fotografía se conservó.
ResponderEliminarPero no hubo ningún problema: Duchamp compró 15 urinarios más para revenderlos como obra de arte y ahora lo tienes expuesto en 15 museos de todo el mundo. Cada uno vale su peso en oro.
Walter Benjamin escribió La Obra de Arte en la Época de su Reproducibilidad Técnica para repensar el motivo por el que una obra tiene valor: la camiseta de Iniesta en la final de la Copa del Mundo o la pluma con la que un presidente firmó un tratado. Aura, religión...
Muy buenas las historias de ayer y de hoy. En la de hoy, quien queda fatal es Cela, oportunista y ególatra. Pero su esposa, zurciendo con aguja e hilo el lienzo desgarrado, es exponente de esas imparables madres de familia.
ResponderEliminarQuerido Dr. Jeckyll, me parece muy oportuna tu reflexión sobre el urinario de Duchamp. Pero, en cierto sentido, el urinario expuesto sobre un pedestal no es sólo una burla al público consumidor de arte, sino que es un símbolo de buena parte de nuestra vida contemporánea. He buscado en google la lista de las "celebrities" más importantes del momento. ¿Con quién me encuentro? Kim Kardashian y Justin Bieber, Ronaldo y Angelina Jolie, Trump y Paris Hilton, y unos cuantos a los que no conozco: ¿no son también ellos urinarios expuestos en pedestales, y que valen... lo que vale el pedestal?