Escucho los conciertos de Brandemburgo .
De pronto, una espiral de semifusas me arrebata el corazón y se lo lleva muy lejos impulsado por la música. Cierro los ojos , estoy como en órbita. Comienzo a navegar pensando en el próximo referendum que aquí se va a celebrar. Una patraña colosal, un exceso de mentiras, un sidral de cursilería y sentimentalismo manipulado por consignas que llegan a los móviles de miles de personas, muchos críos entre ellas.
Viajo transportado a bordo de un incontaminado violín de Bach.
Desde lo alto contemplo la jaula de grillos que he dejado en Cataluña , donde mis mejores amigos riñen y se debaten ante algunas indecentes preguntas que les han formulado. ¿Quieren ustedes la independencia ? ¿Se sienten ustedes libres en la situación actual? ¿No les gustaría matar al fascista español con sonrisas democráticas ?
Un delirio que ya hemos visto muchas veces y que siempre terminan en lo mismo: mucho dolor.
En realidad me acabo de fugar hacia mi particular cielo - todo mi desprecio a esa Iglesia cobarde y tibia , perdida en un cisma que no quiere reconocer, y que padece una hemorragia de fieles por una herida que le sangra y que parece no cicatrizará .
Estoy en el segundo Concierto , en el andante . Aspiro a ser tan puro como el azul . Con los ojos cerrados miro abajo y veo nítidamente el suelo de esta Cataluña dividida. Mientras media humanidad está sentada en un cubo de basura, millones de niños muertos de hambre, millones de adultos cebados con tocino, pero cagados de miedo, y también descubro a unos señores concretos que hacen un negocio redondo fomentando el terror.
¡Imbéciles! : sólo exigen tu fe en una nación para engordar su cartera. ¿Lo dudas? .
Navegando más allá de mi mismo embarcado en Bach no soy un hombre realista, sino un pobre sentimental . No me siento europeo. No me siento nada. Tal vez soy simplemente un tipo que flota en el cielo de otro Corazón, lleno de dudas.
¿Me dejaré avasallar por unos mercaderes impresentables que intentan explotarme con el miedo y quimeras infantiles? ¿Ayudaré con un voto afirmativo para que unos sujetos corruptos y porcinos sigan haciéndose ricos? ¿Contribuiré con mi pobre aquiescencia a los gastos astronómicos e inútiles para hacer un país más socialista e intervencionista? ? ¿Podré mirarme al espejo sin despreciarme después de decir sí a todo eso?
El concierto ha terminado. No votaré por salvarme a mí mismo.
Yo me estoy planteando votar dejando de marcar la casilla de la Iglesia católica (¿católica?) cuando haga la renta.
ResponderEliminarPienso que es de justicia social que sea financiada por aquellos para quienes trabajan. Ya les escribí un correo hace unos meses sugiriendo que se deberían dedicar a predicar a Jesucristo.
Estoy harto de sermones insulsos y de no encontrar sacerdotes que administren los sacramentos. Creo que os conté de un cura amigo mío que deja el sacerdocio porque está harto del politiqueo en la Iglesia catalana: puede tener razón o no, pero ahí queda.
Pero esto no es lo más grave. Es que son muuuuuuuy tontos, mucho, muchísimo. Después de la matanza durante la guerra civil apoyada por ERC, un partido que sigue siendo anticlerical... Por lo menos como homenaje a estos mártires. Qué horror!!! Y encima ERC dice que la Iglesia debe pedir perdón por su papel durante el franquismo y estos tontos piensan que sí, que tienen razón y que nosotros muy malos muy malos.
Todo se va al infierno.
ResponderEliminarDisputas, despidos vía movistar, falta de fe, injusticia y pérdida absoluta de dignidad y sentido común.
Una niña de diez años que me conoce mejor que nadie en el mundo me pide un cuento para el cumpleaños de una amiguita.
Me rompo las meninges, se lo escribo en unos folios con letra clara y la niña me lo agradece con una sonrisa sincera.
...
Vuelvo al infierno vestido tan solo con esa sincera sonrisa.
En la cola de la perdición soy el condenado que aguarda el fuego eterno, con una libreta y un lápiz en la mano.
...
El realidad la niña es quien me puede salvar.
Me conoce mejor que nadie.