domingo, 24 de septiembre de 2017

SUCIO PAÍS.

Hubo  un tiempo  que   había  una  España negra.

La España que  Goya  supo  dibujar La  de Puerto  Urraco,  y  las  portadas  del  Caso.

Ahora contemplamos   una España sucia.  

Paseas por la  Barcelona  turística , o  Madrid, Zaragoza... y  contemplas la  miseria de  borrachos  tirados  en  las  aceras , o  gente  pidiendo limosna con  taras  repugnantes. O  una  prostitución encubierta   que  acecha al  que  pase  por  allí.

Fuera  de  los  circuitos  turísticos encuentras bares con estercoleros de comida  al pie de la barra. Basta  con   tener  una  avería  en la  autovía  para  ver kilos  de mierda de  basura en los terraplenes.

La  España  sucia,  esa  donde  todavía  asistes   a   capeas polvorientas en el  pueblo  de  tu  mujer. O  entras  en  retretes sórdidos en las estaciones del ferrocarril, o en  bares de  chinos con cadenas de cuerda en wáteres mugrientos. Aún se ven botellas de  plástico, vidrios y latas  de  cerveza  en las cunetas.

No es  extraño  contemplar  cazuelas con gorriones fritos,  ciegos que  venden lotería, camareros que te sirven con un cigarrillo en los labios y la  coleta  de  Pablo  Iglesias  colgándole de  la  frente.

Una  España  sucia  que  tiene en Tele 5  el escaparate  moral  donde  abrevar. También  se refleja en  algunos  diputados   en nuestros  parlamentos  , y alcaldías.

No obstante, la cultura de los españoles ha mejorado.

A estas alturas, nadie un poco sensible soportaría el espectáculo de un hereje crepitando como un leño en la hoguera,aunque se siguen  quemando metafóricamente  en las  redes. Tampoco toleramos   un ruedo lleno de caballos muertos con las tripas al aire. El estómago de los fanáticos tiene un límite y la náusea ha impuesto su ley. 

Esperemos  que alcance  las  clínicas  abortivas.

Llegará un momento en que no sólo la compasión, sino el simple buen gusto, también alcanzará a ahorramos la crueldad que nos  rodea. Es cuestión de esperar.

Hoy las capeas de pueblo , las  he  padecido, es  un hecho más de la suciedad española, aunque el hedor que despiden no se nota si uno está enfrascado en esa cochambre. Cuando  estás  inmerso  en  la  borrachera de  jóvenes que  potan en la plaza  la  última  litrona  bebida  en la  peña.

Todo eso   desaparecerá cuando aquí nadie eche cáscaras de mejillones en el serrín de las tabernas, ni haya cucarachas en los  urinarios públicos , y estén resplandecientes,  a los ciegos no se les fuerce a ganarse la vida en una esquina de forma inmisericorde, no  votemos  políticos  que desprecian  el decoro  y  las las  buenas  formas , y no se vea basura en las cunetas.

Cuando  cambiemos de  canal  al  escuchar preguntas  que  hieren la  sensibilidad  más  encallada. 

Con el tiempo, la misma escoba barrerá  la  España desolada que tenía como su paleta el color de la mierda. La sordidez y la crueldad son una costumbre. La sensibilidad y la estética también. 

Todo eso  se  educa.


4 comentarios:

  1. Ojalá tengas razón pero no sé si soy tan optimista... el otro día llamaron "especista" a un amigo de mi hermano en la Universidad. (Especista: un cabrón que discrimina por especies al defender la supremacía del hombre sobre el reino animal) Ojos inyectados en sangre e invitación a disculparse de inmediato. Mi generación aborrece el maltrato animal (yo también lo hago, aunque basándome en una obligación del ser humano y no en un derecho suyo) se habla de "empatía con el toro", de "respeto a todo ser vivo", pero ni de lejos se ha reabierto el debate sobre el aborto sino todo lo contrario; legislativamente vamos dando pequeños pasitos hacia eutanasia y gestación subrogada, y el aborto es un derecho de la mujer y punto; atrévete tú a discutir eso porque es muy machista y reaccionario. Mucho me temo que este nuevo auge del animalismo no es sino una consecuencia de la pérdida del concepto de la dignidad humana... Juan Pablo II tenía razón. Emma Morley.

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  2. ¡¡¡Bravo, Bravo...Autor...autor!!!

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    1. Pd: Sí, la verdad es que eso se me ha olvidado decirlo; la entrada es muy buena y está maravillosamente escrita; hoy te has lucido, chaval! :) Besos! Morley

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  3. Yo pienso que cada uno es responsable (tenemos un deber ético) de hacer de su vida algo valioso. Hoy solo se habla de derechos, y en verdad pocas veces he visto tantas oportunidades desaprovechadas, tanta gente viviendo de la subvención. El paro en nuestro país procede en gran parte de que se haya perdido el respeto a uno mismo e intentar 'pasar por la vida' sin pena ni gloria, absorbiendo todos los placeres mundanos sin hacer ningún esfuerzo.
    Creo que esto enlaza con lo de Emma Morley: si uno no tiene respeto por sí mismo tampoco lo tendrá por los demás; si uno piensa que su vida -como la de un animal- se reduce a biología y es lo mismo que un animal ¿cómo actuará esa persona?

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