jueves, 28 de septiembre de 2017

UNA HISTORIA DE AMOR E INTOLERANCIA.

Los  dos hermanos  estaban  entregados a  Dios. 

Una  apareció  muerta  en su  habitación. Algo  inesperado.  Una  chica  joven. 

Tiempo  después, el hermano  abandonó su  vocación.

La  madre de  los dos  comentó a  una  buena  amiga  mía " me  dolió  más que  mi hijo  dejara  su  entrega, que  la muerte  de  mi hija".

Ese hombre  ya  no  volvió a  ser  el mismo. Toda  su vida  intentando  ganar méritos  delante de mamá . ¡ Cuántas  madres así!.

Paseando por  la vida , forzando  una  piedad  maquillada, como  un postizo que  no  engaña a  nadie, el piadoso  personaje  espera a que el otoño madure  y  le haga  olvidar la madre  ausente. Duele  el  recuerdo  de  una  mujer  fanática  que  nada sabe de amar  la  parte  débil de  su  familia.

¡ Pobre  X! Las   arrugas  de  la intolerancia  han  quedado  esculpidas en su  rostro.  La obsesión  por  un  dios en blanco  y  negro,con  muy  mal  genio,  y  el  querer  compensar  ante  su madre  y los  demás  una  fe  atormentada.  

Los  suyos   están hartos  de  tanta  rigidez  de cartón  piedra.  

¡El daño  que  pueden hacer  educaciones  puritanas  y  beatas!

Mientras  ese  hombre  sufre, quedan por aquí algunas berenjenas que asar todavía, ciertas páginas tenues que escribir mientras las garzas en altas formaciones pasan en dirección a Alejandría.  Untar  los  tomates  con aceite  de  oliva, y  sorber  un  zumo de naranja.  Y  Bach, y un Dios  que  perdona  hagas  lo que hagas.

Yo  también abandoné  un camino. Sé  lo que sintió el hijo pródigo, pues  fui abrazado  por  padres  así. Y  escuché  la sorda  envidia  de  ese  otro   que  no entiende el perdón, los abrazos, y las lágrimas.

A  mi   Dios,  como al de santa  Teresa, le encanta  cuando me  quedo  sin inspiración, y de repente toda  mi vida se detiene , que  con lentitud prepare una transparente ensalada y la  coma descalzo en casa. O  que  pasee  indolente. A  mi Dios  no  le  gustan esas  madres  severas  y avinagradas.

Le  chifla  verme  preparando  una remolacha o escribiendo  mis  tonterías. 

Ahora los estorninos también vuelan hacia el Sur llevando una aceituna en cada pata y abajo las granadas ya están casi maduras. Dios, berenjenas, amores, lechugas, bancos de atunes, historias contadas por la tarde a la dorada luz de la de   este  otoño  de  luces  naranjas. 

La calidad de la vida interior  consiste en haber tenido  una  educación de  padres  buenos, alegres, que  sabían querer. Hoy sé  que  lo  mejor  es  no salir  de casa  : cultivar bien a cuatro amigos, volver a la bondad  y al  amor,  no condenar a  nadie,  vivir detrás de una tapia entre dulces lámparas y buenos libros pensando que la inmortalidad sólo dura hasta que de noche el sueño te acoge   mientras  musitas  un recuerdo, que es oración  , por  los  que se  fueron.

Si eres  madre,  o padre, no   seas  fanático. 

Uno, ante gente así, tiene  la pinza preparada. De las alcantarillas de  ciertas  conciencias  formadas  por  beatas  fanáticas  emergerá ese negro hedor  de  ascéticas  intolerantes  y  podridas por estancamiento.

 Sé  que  tengo  que  amar  también esa  gente, y  sólo me pondré la pinza en la nariz para estar  un rato, no mucho, junto a  ellos. Echaré un vistazo   con la napia bien tapada y dando media vuelta regresaré al espacio donde Dios  crece en el interior de las berenjenas.



11 comentarios:

  1. Coincido contigo en demonizar algunas mujeres fanáticas pero en mi experiencia no son muchas.

    Y desde luego me enfadé mucho con Freser y su pelicula Camino por la falta de justicia y de caridad.

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  2. La película es una caricatura.

    Son bastantes las madres fanáticas, he conocido unas cuántas.

    También en mundos no religiosos.

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  3. Qué historia más espantosa... Sé que el pesado de siempre te ha hecho mucho daño, pero no puedo evitar sentir lástima de él porque en el pecado lleva la penitencia...
    Y lo de la película Camino me pareció absolutamente escandaloso; independientemente de que sea cierto que existen madres así, ese hombre no tenía ningún derecho a tergiversar la historia y luego dedicársela a Alexia en ese atroz ejercicio de cinismo. (Para lo que me interesa es historia real; para lo que es flagrante calumnia, bueno... es que en realidad es una ficción y no tenéis derecho a enfadaros) Y encima el impresentable tuvo la crueldad de acusar a la familia de "aprovecharse" de la muerte de la niña con sus premios y subvenciones todavía calentitos en la mano; cómo se puede tener tan poca vergüenza?! A mí lo único que se me ocurre es que el auténtico fanático era él. Desde entonces siento una especial simpatía por esa familia, que, además de perder a uno de sus miembros, tuvo que soportar que les calumniasen, injuriasen, sus agresores sacasen rédito económico de ello, y de paso les dijeran cómo vivir su dolor; algo que por desgracia nos suena mucho en El Barullo... Un beso fuerte Suso, y ánimo!! Morley.

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  4. La influencia de los padres es muy importante, pero no creo que sea definitiva. Siempre le echamos la culpa a los padres!!! Pero ellos también han tenido padres y así hasta Adán y Eva.
    Se cita mucho una carta de Marcel Proust a su madre:
    "prefiero tener ataques y gustarte a no tenerlos y no gustarte"

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  5. También es una referencia la autobiografía de Simenon...brutal.

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  6. También es una referencia la autobiografía de Simenon...brutal.

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  7. A mí me horripila que las madres no lloren sinceramente la muerte de sus hijos, gracias por tu post Suso

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  8. Como mientes. Y luego vas fando lecciones de piedad y perdon. Bah!!!

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    Respuestas
    1. No miento. La madre se lo contó a una muy buena amiga mía.

      Entiendo que no guste la anécdota a los que han sufrido ese tipo de educación de madres castradoras.

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