En este tercer aniversario desde el día que te echaste a volar hacia la luz, ¡ con qué ímpetu saliste!, me encuentro en la entrada de la Iglesia de Matilla.
Recuerdo el día de nuestra boda.
Tú salías de la puerta de tu casa con tu hermano Carlos del brazo. Te hacía ilusión que fuese él quien te llevara del brazo hasta el altar. Tenías un cariño muy especial por él . Siempre tuviste una debilidad por la parte frágil de las personas.
Venías por la calle mientras te esperaba al fondo. Estabas guapa, radiante. ¡Tengo todo tan grabado en el corazón, y tan profundamente !. ¡Dios, qué luz tenías en la mirada!
Han pasado los años y te veo llegar con esa cara de pilla, ilusionada, enamorada, ruborizada. Y yo allí, tan chulo, con mi traje gris oscuro, el chaleco, y con fuegos artificiales en el corazón.
La Iglesia sigue allí, la misma calle, tu casa. El altar continúa recibiendo el homenaje tembloroso de la luz de los cirios. Y aún resuena ese "sí, quiero" que nos dijimos. Los ramos , la luz, la alegría de esa ceremonia no se han descompuesto en mi alma.
Te diré una cosa.
Fuiste muy generosa aceptando la muerte , y no queriendo continuar viva por medios artificiales. Hoy , probablemente, aún seguirías entre nosotros atada a una cama con una traqueo, un pulmón artificial , y vete a saber en qué condiciones. No quisiste dar la lata y , sin saberlo, cumpliste eso de que "nadir tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos".
La verdad es que todo lo que sé del cielo proviene del asombro que me produce la bondad inexplicable de algunas personas que, como tú, iluminan con sus actos de tal manera la vida que no puede ser que esto termine con un fundido a negro.
Cuando era pequeño tenía miedo a la oscuridad y por la noche, al ir a dormir, le pedía mi madre que dejase la puerta de la habitación abierta, y la luz del pasillo encendida.
Hoy sé que tú , desde donde estás, me dejas siempre la puerta abierta, y que tú eres esa luz encendida...y después, la resurrección.
También que desde aquel día me quedé bien jodido: no pude amar como hubiera querido, y ser amado por quien hubiera podido.
También que desde aquel día me quedé bien jodido: no pude amar como hubiera querido, y ser amado por quien hubiera podido.
Manuela, reza por todos nosotros.
ResponderEliminarAmén.
Un beso enorme Susín!!! Morley.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminarUn abrazo.
ResponderEliminar