domingo, 17 de septiembre de 2017

TERCER ANIVERSARIO

En este tercer  aniversario desde  el día  que te echaste a volar  hacia la luz, ¡ con qué  ímpetu saliste!, me  encuentro en la entrada de la Iglesia de Matilla.

Recuerdo  el día de nuestra boda. 

Tú salías de la puerta de tu casa  con tu hermano Carlos  del brazo. Te hacía ilusión  que fuese  él  quien te llevara del brazo hasta  el altar. Tenías  un cariño  muy especial  por él . Siempre tuviste  una  debilidad por la parte frágil  de las personas.

Venías por  la calle   mientras  te esperaba  al fondo. Estabas  guapa, radiante. ¡Tengo todo tan grabado en el corazón, y  tan  profundamente !.  ¡Dios, qué  luz  tenías  en  la  mirada!

Han pasado  los años y te veo  llegar  con esa  cara de pilla, ilusionada, enamorada, ruborizada. Y yo allí, tan chulo, con mi traje gris oscuro, el chaleco, y con  fuegos artificiales  en el corazón. 

La Iglesia  sigue allí, la  misma calle, tu casa. El altar   continúa  recibiendo el  homenaje tembloroso de la luz  de los  cirios. Y  aún resuena  ese  "sí, quiero"  que  nos dijimos.  Los  ramos , la luz, la alegría  de  esa  ceremonia  no se han descompuesto en  mi alma. 

Te diré  una cosa. 

Fuiste  muy generosa  aceptando la muerte , y no queriendo continuar  viva  por medios artificiales. Hoy , probablemente, aún seguirías entre  nosotros  atada a una cama  con una traqueo, un  pulmón artificial , y vete a  saber en qué condiciones. No quisiste  dar  la lata  y  , sin saberlo, cumpliste eso de  que  "nadir tiene amor más  grande  que el que da  la vida  por sus amigos".

La  verdad  es  que  todo  lo que sé del cielo  proviene del asombro  que me  produce  la  bondad  inexplicable de algunas  personas  que, como tú, iluminan  con sus actos de  tal manera  la vida que no puede ser  que esto termine  con un fundido a  negro.

Cuando era pequeño tenía  miedo a   la  oscuridad  y  por  la noche, al ir a dormir, le  pedía  mi madre  que dejase  la  puerta de  la  habitación abierta, y la  luz del pasillo encendida. 

Hoy sé  que  tú , desde  donde estás, me  dejas  siempre  la puerta abierta, y que tú eres  esa luz  encendida...y después, la resurrección.

También que  desde  aquel día  me  quedé  bien  jodido: no  pude  amar  como  hubiera  querido, y ser  amado  por  quien  hubiera  podido.




4 comentarios: