miércoles, 4 de noviembre de 2020

ZOMBIS

Reconozcámoslo, todos tenemos dentro a un gilipollas dispuesto a mimetizarse con el entorno a la primera oportunidad. La mayoría de nosotros no somos  mala gente . Nuestra  maldad no viene de que seamos malos. No somos tan listos. No somos malos  por malvados, sino por idiotas.


Cuando nos mimetizamos nos sucede como a los niños que tienen  un  miedo inconsciente a ser expulsados de  la mesa de los mayores donde se le ha invitado  . Ya se sabe  que en la mesa de los mayores se dicen tacos, se cuentan chistes subidos de tono, se habla , en fin, de cosas de mayores. Y al niño le parece estar en territorio comanche.


Bien, digámoslo ya: cuando haces lo que hacen todos  eres un zombie . Todos utilizamos la palabra zombie como sinónimo de idiota. Está chutao.


La pregunta que nos hacemos es: ¿por qué, si son tan  pesados, porque los zombis son muy pesados,  nos gustan tanto ? ¿Por qué tienen tantísimo éxito? ¿Qué vemos en ellos? ¿Qué tienen esta especie de leprosos cuya carne se descompone para atraernos tanto?


La religiónes están llenas de zombis, los templos, sus fieles. También la católica. Incluso algún bisbe, cardenal,  y Papa.


Los partidos políticos son zombilandia. Cualquiera de esos que nos dan la vara, ¡ pesaos!, con sus mierdas de ideas sobre la independencia, o la no independencia, o que si las derechas o izquierdas.


Un consejo: bájate ahora mismo de esa mesa a la que te han invitado los mayores, tira la servilleta al suelo, y lárgate de allí con viento fresco.


( Dedicado a todos aquellos zombis de una y otra condición política o religiosa,  animándoles a saltar de la mesa y largarse de allí)




2 comentarios:

  1. Como bien dices, es difícil en ocasiones sustraerse al gregarismo. Sobre todo cuando es placentero y aparentemente gratuito. Pero pasa factura; siempre.

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