Sigue dejando sus caquitas diarias en los comentarios que, por supuesto, no publico, el pequeño y obsesivo odiador que desde hace años insiste en insultarme con cosas como "¡cobarde, gallina, capitán de las sardinas!"
En fin, si eso le descansa...imagino a este pobre hombre en la pubertad y sus problemas de castidad obsesiva haciéndose pajillas hasta el desenfreno cipotil. Quizás no lo ha superado y soy su sueño húmedo.
Le he cogido cariño al tío.
Este pobre hombre que se ve obligado a dar la vuelta al particular reloj de arena de sus obsesiones cuando está vacío.
Suso , querid@s lectores, no es malo, aunque no me faltarían motivos para serlo. Tampoco soy corto, y esto es lo primero que debería empezar a cambiar: en esta vida, alguien recomendaba que hay que ser un poco tonto porque si no lo son solo los demás y no nos dejan nada. Lo de este tío ya es chapotear en la imbecilidad lela y acapararlo todo.
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