Si ahora me cruzase conmigo cuando era un crío, le diría :
No tengas miedo de nada. No distingas entre amar y vivir, pecar y vivir, creer y vivir, pedir perdón y vivir, rezar y vivir, volver a empezar y vivir, reír y vivir, llorar y vivir ...morir y vivir.
Hoy, en algún lugar de este mundo, alguien está quemando sus naves. Quema las tuyas. Siempre y tengas la edad que tengas
Tendrás deudas pendientes y asuntos de los que mejor no hablar, busca el modo de resolver esas deudas, de hablar con esa persona, de perdonar, o de pedir perdón...o, quizás, de perdonarte a ti mismo. Detrás de los detrás de mucha gente hay muchos que no se perdonan ser como son. Perdonar no es un sentimiento, es una decisión.
Si quieres que te entiendan, explícate.
Si tienes dudas, pregunta.
Si te gusta algo, consérvalo...si no te gusta, dilo.
Si quieres algo , ve a por ello.
Si amas a alguien , corre a decírselo. Es casi seguro que esa persona también sienta algo por ti. Si no te gusta esa relación , corta en seco. Si es una persona nociva, que te obliga a pagar peajes por vivir en su territorio afectivo, mándalo a freír espárragos. Pero ya.
Si extrañas a alguien llámale. Si esa añoranza es porque esa ausencia es definitiva, reza por esa persona.
No tengas miedo a equivocarte. Puedes equivocarte de pobre en tu limosna, pero tu corazón no ha fallado. Vive alegre. Vive sano. Canta. Escucha música.
No te pongas como ejemplo de nada, ni de nadie. Extirpa de ti la frase "yo , por ejemplo". Intenta ser ejemplar, en el buen sentido de la palabra. Y en el malo también. Cuando se dice "¡vaya ejemplar!" la cosa suele tener gracia.
Sólo tenemos una vida. Vívela de un modo intenso y decidido. ¡Al lío!
No hay comentarios:
Publicar un comentario