lunes, 5 de julio de 2021

UNA HISTORIA EN GR 99

Hay rostros   pintados   con agua rota  .


Me gusta escuchar , poner  el oído  atento a conversaciones de gente que pasaba  por  allí. Voces profundas  y tranquilas , frases cosechadas   sin prisa. Biografías en los que la mitad de la calma es cansancio y el resto, esa mezcla de resignación y desesperanza .

Me gusta también la gente que  toma sus copas en silencio en la barra del bar. Como el recogimiento de una oración en una pequeña capilla . Uno, que es un poco  así, a veces reza  en una  capilla  solitaria , y otras se  toma un vodka con naranja. 

Esa actitud de riguroso silencio,  que no se sabe muy bien si es la consecuencia de una preocupación, de un fracaso , de un fatal cruce de caminos, o porque se le acaban de venir a la cabeza los malditos sueños incumplidos, el matrimonio echado a perder  en poco tiempo. 

Hay ocasiones en que al hombre le siente mejor el silencio que la ropa. 

Llegó deshidratado a un pueblo que no diré. Me invitan a cerveza con limón. Tertuleamos.  Uno habla de su marido. Ser gays en un pequeño pueblo del Bajo Aragón tiene su qué. Y el marido es gitano.  

Miro la ácida sonrisa derrotada de  aquel pobre hombre , el gitano, que rumia en silencio sus días  de gloria , cuando lo más sombrío de su rostro era el flash de las fotos de la boda. 

Hoy escuché  su historia. 

Tengo la impresión que ahora   es el viejo vendedor ambulante  que  ha conseguido engañar  a un patán. Ceremonioso, y fuera de lugar , se sienta en una banqueta  en el  ring de la vida ,  y sostiene  el embudo para recogerle al chaval la saliva, el pan, y tanto  peloteo   ... pero, ¡que pronto se hace tarde en el desalmado tiempo del gong!..entonces descubres que la vida son dos docenas de recibos de la luz, el solitario corazón latiendo , un coche viejo que chirría  al tomar las curvas y la horrible sensación de que nuestras vidas están tan plagadas de errores que tendríamos que escribirlas con las tijeras de limpiarle las tripas al pescado. 

Le escucho. Al gitano le dejó su  mujer cuando no  quiso   resignarse  a cambiarle el mal olor al búcaro de las flores. 

Todo es tristeza en algunas  historias....


 




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