miércoles, 7 de julio de 2021

UN SUCEDIDO.

Caminando entre melocotoneros vi unas bolsas colgadas en los árboles. 


Aquí embolsan los melocotones. 


Los protegen de una mosca . Me dicen que los mejores embolsadores son los pakistaníes. Familias que hacen 4000 bolsas al día/persona.


Las llevan colgadas del cuello, con varias bolsas en la boca... y grapan una a una.


Llego a Escatrón. He visitado el Monasterio de nuestra señora de Rueda.  Hasta allí tres horas de calorina. La visita vale la pena.  Mucho. 


Pido en un bar una cerveza con limón.


- Muchas gracias - digo a la camarera. Tienes unos ojos que si yo viviese aquí vendría mañana, tarde, y noche, sólo para  verte. 


Me da las gracias. El bar  se alborota. Y uno dice: 


-  Aquí uno se gana un ostión 


Sospecho que ese uno soy yo. Y que el marido no anda lejos. 


- ¿ Alguno es el marido de la joven? - pregunto. 


- Yo - contesta un paisano sentado a mi lado. 


Es un tío cabezón, pelao al cero, vestido de albañil  , unas manos como cazos, y dedos morcilleros. 


- Pues ya perdonará, pero le aseguro que no he querido  ofender a nadie. 


Me pone la manaza en el hombro y pienso "¡¡¡ aquí llega la ustié! !! 


- No señor, no hay nada que perdonar Lo ha dicho usted muy bien ... yo pienso lo mismo. 





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