lunes, 22 de diciembre de 2014

PORCUNO.

El nivel de desfachatez al que estamos llegando  es esférico: se mire por donde se mire es porcuno. Porcuno en las dos acepciones: de porcino, y de que da porcuno.

Por ejemplo, don José Folgado, presidente de Red Eléctrica de España, quien, además de haberse hecho un Consejo a su medida, ha colocado en REE a un buen número de antiguos concejales y cargos de confianza que tuvo en el Ayuntamiento de Tres Cantos, del que fue alcalde antes de ser premiado por el Gobierno Rajoy con la presidencia del operador del sistema eléctrico español. Ha hecho más: ha “estirado” el reglamento del Consejo hasta dislocarlo para poder seguir en el machito (700.000 euros año).

¡De puta madre, Folgado!

 Hay más Folgados en este  país de mierda. La dureza de la crisis que soportamos ha sacado de nuevo a flote comportamientos y actitudes que antes estaban  enmascarados, aunque no desaparecidos en los días de abundancia. Y  han salido a relucir con la crudeza  que impone la escasez: el amiguismo, la arbitrariedad, el nepotismo en la empresa, cuando no la simple y cruda rapiña: me lo llevo y pa la saca. 

En unos años en que los recortes sociales han puesto a mucha gente en el límite de la subsistencia, una serie de grandes y medianos gestores, muchos de los cuales viven de la tarifa o la concesión pública, siguen disfrutando –y publicitando- de escandalosas remuneraciones, jubilaciones, fondos de pensiones, etc.

La lista dejaría en nada el listín telefónico de Nueva York. Y todo para enterarnos después en qué se gastan la pasta estos chorizos. El que  no en putas, en masajes, o en viajes de escándalo, o con amigas en Canarias que se amorran a dos senadores , y luego se queja de que le llaman zorra. ¿Zorra?: ¡¡¡putón!!!

El Santander ha fichado al exsecretario de Estado de Economía José Manuel Campa, 'número dos' que fue de la exministra Elena Salgado, en un nuevo y flagrante ejemplo de choriceo tan habituales entre la alta política y la gran empresa española. Una especialidad que se presta a todo tipo de sospechas de corrupción. 

¿Lo ficha Botín por ser profesor del IESE , o para agradecerle un favor concedido al banco en los días en que el político tenía acceso al BOE? 

Un poco de decoro.

Su jefa, la Salgado, lleva tiempo abrevando en aguas de Endesa, empresa que el Gobierno socialista privatizó al grupo público italiano Enel, donde también morrea en el lodazal otro ex ministro socialista,Pedro Solbes, sin olvidar casos tan conocidos como los de José María Aznar en la propia Endesa, y de Felipe González en Gas Natural.

 Felipe dijo que dejaba el consejo de Gas Natural porque “se aburría”. Ya, mis cojones: ha seguido  al menos un ejercicio más, a razón de 126.500 euros, con lo que, al final del mismo, se habrá embolsado unos 630.000 euros en 5 años por asistir a 11 reuniones del Consejo al año. 

Estas prácticas se  hacen en pago a servicios prestados, pero otras es  una forma de enviar un mensaje directo y nada subliminal a sus sucesores en el cargo, algo así como una advertencia de que, si se portan bien, cuando lo abandonen serán “arrecogíos” con un cómodo puesto bien remunerado.

Hay para todos.

Y eso en la Banca, en las empresas del Ibex, en los Sindicatos, en los Partidos, en la Iglesia, en la Judicatura...¿no oléis la mierda que nos llega hasta el cuello?: ¡no hagan olas!

Hace unos días  Enagás ha incorporado de golpe a su Consejo a 5 prominentes peperos (entre ellos las ex ministras Ana Palacio e Isabel Tocino.

Y del Rey abajo ninguno, porque de estas cumbres heladas nacen ríos de enchufismo, de amiguismos, de conseguidores, de una inmensa red de caciques , o del " ¿este es de los nuestros?".

¿ Cuando se anima alguien a darle una mano de usties a uno de éstos?, ¡hombre!

5 comentarios:

  1. Mientras algunos de nuestros sobrinos recibirán de Reyes un cuento donado por Cáritas a la parroquia de D. José, alguno de estos altos cargos se estará bañando en una playa de la Polinesia francesa, mientras recorre encantado los paisajes que pintó Gauguin y lee aburrido un manual de excelencia.
    Ya solo confío en los tiburones blancos para que haya justicia.
    Con un poco de suerte les pegan una dentellada seca.

    ResponderEliminar
  2. Hoy se ha perdido el sentido de proporción entre el trabajo y la remuneración percibida. Como consecuencia de ello aparecen los pequeños nicolases, personajes que han llegado a la conclusión de que estar formados, saber, hacer algo útil, no sirve para ganar dinero. Son como los trileros del metro pero trajeados. Ya tienen nombre: las capas extractivas de la sociedad. Son muchos y están en todos los partidos y organizaciones (en la Iglesia católica también).
    Están enfermos, son unos sociópatas. Carecen de empatía ante el sufrimiento ajeno. Son unos amargados, por definición nunca tienen suficiente y no saben disfrutar con las cosas más sencillas de la vida.
    Destrozan el sistema desde dentro, viven con miedo porque saben que son la semilla de su propia destrucción. Cuestión de tiempo.

    ResponderEliminar
  3. Hola,,,,,,,, menudo articulo el de hoy,,,,,,,,,, q asco de gente......para decir luego yo no "he sido "........ay !suso q bien q vas a un sitio donde x lo menos ayudas a la gente.
    Trabajas más(eso el q tiene trabajo)ganas menos, la produccion al bolso ajeno a tu trabajo.......tu a la tasca y el chorizo al "hotel palace"con lo tuyo,,,,,,,, te quitan la dignidad,esta la gente tan cabreada q a veces saltas x los cerros de ubeda.....xa cuando cambiara esto?

    ResponderEliminar
  4. Pedir justicia es de justicia. Pero el linchamiento, sea de un colectivo o de un individuo, sigue existiendo. Ojo.

    Creo que, para la, digamos, salud social, peor aún que la corrupción es la lentitud de la justicia. Sí, peor aún, mucho peor, insisto.

    Si dicha lentitud es por falta de medios o por la legislación que sufrimos es algo que ignoro. Pero que la justicia es lenta de cojones, es obvio.

    ResponderEliminar
  5. Suso,

    cuando quieras nos liamos "a usties". Ya estoy arremangao para empezar...

    Fdo. ex bético, ahora sevillista

    ResponderEliminar