Hay expertos en la Escalada en hielo.
Conocí unos cuantos.
Por lo general son gente taimada, de mirada polar, sonrisa de plástico, modos farisaicos, y una esencia de hijoputez esférica, esa que se mire por donde se mire es un hijo de puta.
Sus biografías son como la de el escalador en paredes de hielo: grampones con pinchos , piolet dentado, que clava sobre las espaldas de sus compañeros de cordada para ascender.
Es difícil imaginar en personas así tanta doblez.
En bastantes de ellos, al menos los que yo conocí, sus maneras son frailunas, versallescas.
Sin escrúpulos, le importa nada qué puedan pensar, qué puedan decir.
El tiempo no hace olvidar la razón de estar donde están. Todo el mundo sabe el precio de esa ascensión que le llevó a la cumbre en la empresa: traicionando a los amigos. A sus mejores amigos.
Os contaré una historia de uno que alcanzó esa cima de hielo, y a cuantos compañeros de cordada clavó su piolet , dejándoles caer al vacío.
Pongamos que se llama X.
Yo lo conocí piadoso , padre de hogar luminoso y alegre, apostólico. Gracias a su piedad pasó de camarero a comercial. Todavía hay gente que selecciona su personal según ideologías.
X fue la sombra de su director, al que servía con genuflexa devoción.
Un día despierta y abandona a su mujer y cuatro hijos, para irse con una cocinera.
No sé se sabe qué fue de su condición piadosa.
En otra ocasión le propone su director un golpe de estado: visitar unos cuantos clientes, amarrar fidelidades, crear otra empresa, llevarse a esos clientes, y enviar una carta a la empresa actual despidiéndose y allí os quedáis.
X dice que OK.
Se ponen manos a la obra, realizan las visitas, amarran fidelidades, crean la empresa y...¡zaca!: envían la carta.
Lo que no esperaba el pobre jefe es que X es débil. Le gusta mucho el dinero. Es codicioso. A ver...es piadoso, pero también codicioso.
Y le llaman, y le proponen una subida de sueldo astronómica, y ascenderle a Director , el cargo de su anterior jefe y amigo, y que le denuncie para llevarle a un juicio por lo penal pidiendo cárcel. Su testimonio es clave para hundirlo.
Y en ese instante, X mira hacia arriba al compañero de cordada suspendido en la pared de hielo. Éste le sonríe. X le devuelve la sonrisa. Le hace la señal de OK con los dedos, X le corresponde con un guiño...
Y hace lo que hacen los buenos escaladores en paredes de hielo: saca el piolet, se lo clava en la espalda para ascender, toma impulso , y lo arrastra al precipicio, mientras escucha un grito en el vacío:
- ¡¡¡HIJO DE PUTAAAAAAAAAAAAAAAA!!!
Lo que X no sabe, o quizás sí, es ese punto del Libro Rojo de la Camelia Negra.
"¿ Ves como caen en las escaladas de hielo cordadas enteras por la traición de montañeros sin escrúpulos que clavan su piolet en las espaldas de compañeros que les preceden?"
"Pues un día, ese montañero caído serás tú".
¿No estarás hablando del mismo que ya hablaste?
ResponderEliminarNo pensaba que fuera tan fiera...(!?)