He conocido auténticos maestros en el artificio de la manipulación, que no es un arte.
Son gente que pulsan a su debido tiempo los resortes adecuados de vanidad, de envidia, de piedad, de dar lástima, o de broncas inmotivadas por naderías, y obtienen de las personas unos rendimientos tan seguros y precisos como el de un buen taxi.
¡Sólo que ese viaje no tiene ningún encanto!
Hace unos días me gritaba uno "¿qué pasa?, ¿que soy un segundo plato?, ¿hein?, ¡tengo la impresión de ser un segundo plato!.
No lo era. Su estrategia, muy bien meditada, pues lo hace habitualmente, consiste en que reacciones exactamente como sabes que harás movido por el miedo.
También se puede tratar a las personas apelando a la sinceridad y a la confianza, a su inteligencia y su amor.
Entonces se viven momentos de ilusión maravillosos, el viaje se convierte en una aventura llena de misterio y atractivo.
Es la libertad.
De todas formas, excepto casos excepcionales de éxito, en general predominan los accidentes, las averías, las salidas de la vía, y las multas por excesos de velocidad, o por estacionar mal...porque la mecánica de las pasiones humanas es pobre, no resiste mucho tiempo, tenemos una garantía muy chunga cuando se nos trata como un foco de libertad creadora.
La mecánica de las pasiones humanas es pobre; buscamos cosas muy concretas, y cuando no hay visos de conseguirlas, gripamos; aunque le cambiemos el aceite al motor cada cuatro mil, el vehículo tira lo que tira, nunca más, menos sí; el miedo y la necesidad se cruzan en la autovía, y nos pegamos grandes castañazos espectaculares, y nos recorremos primero un arcén, luego saltamos el guardarrail y al final, trompazo y nube de polvo en el terraplén.
ResponderEliminarY aún así, vele la pena.
Hay pasiones altas y nobles y pasiones bajas. La libertad o la amistad como virtud es una alta pasión.
EliminarDistraigo vuestra atención para preguntaros porqué la historia de España ha hecho caer en el olvido a la Collares, la Primera Lady de Meirás? por qué?
Eliminar