sábado, 13 de junio de 2015

APARIENCIAS

Hay un tipo de bandarra con el que sintonizo muy bien: el que no esconde su condición de golfo. Está , el pobre,  hundido en el fango hasta la cintura , pero aún puede mirar al cielo, impotente y angustiado por  su miseria, que no puede ocultar.

A Dios esa gente le cae muy bien. Es un hundimiento parcial en las arenas movedizas de sus vicios, pero aún puede mirar a lo alto...

Hay otro fango, menos viscoso, que es el del hundimiento total en una materia más apreciada  a los ojos de los hombres : la virtud social, las conveniencias , el qué dirán, el sentido de la dignidad.

Dicho de otro modo:

Prefiero el pecado que encadena mi cuerpo, pero me permite mirar al cielo y llorar mi condición, a la virtud, que me ciega y me satisface.

Prefiero el mal, del hijo pródigo, placer y tormento públicos, que el bien del buen hijo que se convierte en su propio ídolo.
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EN LO SECRETO.

1 comentario:

  1. "Sola queda va la Verdad, mas ella ha muchos siglos, que dio en cuerda, retirándose a su interior, fingiéndose acatarrada, y aun muda" (Gracián).
    Este tipo de golfos tienen un optimismo, un buen humor y una perseverancia envidiables. Años de reconocer las faltas y seguir levantándose, hasta que se acerca otro Cristo como al Lázaro "levántate y anda".
    Hay que distinguir autoestima y estima social (el magnánimo de Aristoteles se enorgullece de ser como es, no de ser quien es). Puede existir estima social sin autoestima. Entonces es cuando nos sorprendemos que menganito, a quien todo le iba tan bien, se ha suicidado. Bueno, hoy en día es muy fácil porque todo se reduce al cuánto ganas: si tienes dinero todos te quieren.

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