Hay gente que se forma imitando al líder.
Esto puede tener un problema: sólo podemos imitar lo que vemos. Si conociéramos el estado del alma de ese hombre que nos resulta ejemplar , probablemente, habría que hacer lo contrario de lo que vemos.
Por ejemplo, un alma naturalmente violenta y combativa que consiga evitar que le salte la pinza , o soportar con paciencia las injurias, representa una magnífica victoria sobre sí misma.
Pero un alma débil que siga este ejemplo sólo conseguirá aumentar su cobardía.
Realizando externamente la misma acción un hombre puede subir una pendiente y otro bajarla.
Cuentan que un día Escrivá de Balaguer y Alever Quevoyvoy tiró un crucifijo al suelo , estrellándolo y haciéndolo añicos.
- No es un sacrilegio jos míos- añadió-, es amor a las cosas bien hechas: este crucifijo es una burla.
Y cuentan que años después un sacerdote copió el gesto en una iglesia , dejando a la gente acojonada. No entendieron que montara ese pollo.
Pues eso. No copies, coño, no copies. Escrivá lo podía hacer porque era Escrivá y hacía lo que le salía del eso. ¿Pero túúúú?.
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EN LO SECRETO
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EN LO SECRETO
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