miércoles, 17 de junio de 2015

LA ZOMBIFICACIÓN DE NOSOTROS.


Termino de ver la última entrega de Juego de tronos. Por fin hemos conocido , como no, el ejercito de las Sombras.Unos caminantes blancos con una multitud de zombis.

No entiendeo la obsesión por los zombis.

Los Zombis son los malvados más tontos de todos los tiempos. Los zombis son, con  perdón, gilipollas. Y lo que más llama la atención es como gusta tanto este género a nosotros.

La zombificación sigue unas reglas estrictas: al padrazo le zombifica su queridísima hija, al amigo  su grupo de amigos. Al hermano le zombifica su hermano, al profesor su discípulo favorito, al niño con complejo de Edipo su adorable mamá… El enamorado pone a prueba su amor obsesivo cuando ella se convierte en zombi y  mientras  desde el otro lado de la pantalla le pedimos a gritos que le meta un tiro. 

Una y otra vez los idiotas vencen porque el sentido de pertenencia, aunque sea a un colectivo idiota, es más fuerte que Edipo, que el amor, que la amistad, que el deseo de paternidad.

A veces me preguntan por qué escribe aquí gente que no puede ni verme. Son zombis. Me leen y al leerme me comen, al comerme me matan, al matarme resucito, pero como son gilipollas, y probablemente sin memoria, al día siguiente aquí están de nuevo, poniéndome a parir de un burro.

En su cerebro corre un único programa: comer. Esa es su única pulsión instintiva a la que se aplica con lenta tenacidad, y es capaz de mantenerla por muchos tiros que les peguen, les quemen, les arranquen los brazos, las piernas, les vuelen los güevos ,  o la cabeza. La cabeza sola, en llamas, seguiría intentando morderte. 

Ellos son así, unos pesados que te agotan las balas, la munición,  y te vencen por desbordamiento, pos plastas. Incluso en esta cualidad, que son unos pelmas, se parecen a unos que yo me sé.

No cejan, son cansinos, erre que erre, andando en masa, alelados. Y  , una vez zampado el amigo, o su madre, que es que les da pol saco, el amigo muerto abre los ojos de luz de fotocopiadora, se incorpora, ¡y a comer andando con las manos palante , renqueando!. Son más viejos que Jerusalem, los tíos, y allí siguen.

Y nos gustan  porque hay muchas organizaciones, empresas, partidos políticos , que viven de  zombies que engendran zombies. El Barullo sin el Indio de turno (ahora firma como "indio") no sería lo que es. Esa tenacidad es una gracia.

Sin ellos yo no sería nada.


VIEJAS CARTAS

2 comentarios:

  1. La figura del zombie surgió en el imaginario de los haitianos. Haití es una isla caribeña que fue poblada por antiguos exclavos africanos trasladados a América en un cruel tráfico humano. El zombie es, básicamente, un ser sin voluntad, sometido a un arbitrio ajeno, como puede sucederle a un hombre hipnotizado o bajo el efecto de ciertas drogas, que es el caso que los haitianos pudieron presenciar y que desató su imaginación. A mí me impresiona mucho que, para unos hombres que tienen conciencia de haber sufrido mucho la esclavitud, una vida sin voluntad represente algo peor que la muerte. Que les produzca más horror convertirse en zombies que quedarse como muertos inertes. Y en eso vemos la importancia que, para esa gente, tenía la voluntad libre, aunque de esto no tuvieran una conciencia expresa sino que ese sentimiento se mostrara en ellos por medio de la imaginación con la figura del zombie. Nosotros el infierno nos lo representamos como un estado de sufrimiento, ya sea físico con las calderas y el fuego o moral con los tormentos espirituales. Para aquellos antiguos esclavos, más terrible que el sufrimiento es la insensibilidad a causa de la falta de voluntad. En nuestras representaciones del infierno nos reflejamos nosotros mismos. Dime cuál es tu infierno y te diré cómo eres.

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  2. ¡No jodas que indio y pizpireta son el mismo!

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