miércoles, 3 de junio de 2015

UN RECUERDO

Vivo en un apartamento solo...¡Dios , cuánta soledad hasta que llegues!

Me cambia las sábanas y las toallas una señora - está incluido el servicio dentro del alquiler. No la conozco, pero gracias a ella tuve un recuerdo de mi infancia  en forma de olor: el aroma del juego de  sábanas, que no sé por qué le llaman juego , a no ser que vaya con segundas y, entonces, ya lo pillo.

Para mí nada hay comparable al placer de esos aromas sutilísimos y totales que  te retrotraen a la infancia, despiertan un recuerdo, una caricia, con una improvisada inmediatez.

Sólo un olor es capaz de retornar, aunque sea por un instante, a  la memoria añorada de nuestra infancia . Memoria   perdida en alguna parte del camino  de nuestra vida. Y recordamos el niño que fuimos, cuando éramos buenos y pedíamos que no nos cerraran la puerta de la habitación y nos dejaran la luz del pasillo encendida.

Siento nostalgia del paraíso perdido de mi niñez, y la querencia de esa infancia irrecuperable.

Pero, y allí está el secreto, somos gente que regresa a casa - de eso trató una  entrada hace  unos días.

- Si no os hacéis como niños...


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En lo secreto.

2 comentarios:

  1. Te enseñan que la bondad y la inocencia son propias de una arcadia feliz, infantil y lejana, muy lejana en el tiempo.
    Pero no.
    Son reglas equivocadas pues se basan en el uso del miedo para controlarte.
    ...
    Sáltatelas, abre nuevas puertas, baja la ventanilla del coche y disfruta de esos aires frescos de la mañana.
    Cualquier día de estos te vas a sorprender, pues tu bondad te llevará a un bello recodo del camino.
    No tengas miedo.
    Hay un ángel que te proteje.
    Pónselo fácil. A esos seres alados, ingrávidos y poderosos, les gusta jugar como a los niños.
    De hecho, son el espíritu de la bondad.
    ...
    Curran a destajo, y abren veinticuatro hache.

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