viernes, 10 de febrero de 2017

EL SABOR DE LA MAGDALENA

Vivimos  de la simiente que otros sembraron en nosotros. "Salió el sembrador a  sembrar..." , y no siempre el sembrador  fue buena  persona, ni la simiente  era de calidad. Se habla de la tierra donde cae...¿y si el agricultor es un jornalero a sueldo   que le importa  todo  nada?

Antes de que alcanzará el uso de razón ya me inocularon   todas las  creencias  fundamentales de las que  no  he  podido desprenderme  en toda  mi vida.

Mi madre me dio de  mamar y  , simultáneamente , me cantaba al  oído  canciones  de  cuna que hablaban de ángeles, de que si no me  dormía   vendría el coco, de dulces sueños.Esa voz, y  esas caricias , y esas creencias, que son  muchas, las recibí  en mi corazón de niño en una  lengua  que  permanecerá dentro  de mi  para  siempre.

Esa madre, y mi padre  dejaron una huella  indeleble en lo  más  profundo de mi .

Es el  primer  ingrediente  de la  magdalena de Proust.

Los cuatro angelitos que guardan mi cama no podrán hacer nada  para tapar  las  broncas de mi padre  y. además del demonio que temías cuando cerraban la luz del pasillo. Todo eso quedó acortezado en mi subconsciente.

Después alguien me pregunta a quien quiero más , a mamá o a papá, y  uno  no  sabía  qué  contestar. La magdalena de Proust  tomaba sabor y consistencia.

Y llegaron las lecciones del catecismo,el miedo al infierno, el rezar mientras me masturbaba para que Dios se apiadase de mi y no me muriera en el acto . Me enamoro y me veo sucio en mis miradas, y tengo vergüenza. No consigo dominar mis pensamientos.

Rezo, aprendo a  atarme los zapatos, soy de un equipo de fútbol, colecciono posavasos de puticlús  con un amigote malo, voy  a un club  juvenil para desembarazarte de la  sombra  de mis padres, llevo una doble vida que   no  consigo  embridar, me escapo al Plata a ver tetas, rezo a  la Virgen con angustia, las primeras lágrimas delante de mi madre  que  me ha   cazado regresando a casa a las cuatro de la mañana con 15 años...

Lloro  porque estoy enamorado. La  primera curda de muchas. Un cura me mete mano en un cine. Los castigos del colegio  los sábados de cuatro a  seis. 

Salgo al  mundo. Barcelona, Lérida, Tarragona, Valladolid, todo atormentado, vivo en el desvarío...me enamoro como un   perro, vuelvo  a  empezar...se me muere la persona  que más quiero,otra vez solo. Guatemala. Te engañan. Regresas...

Aparece  Ana.  No  estoy  bien. ¡Otro  cruce  de caminos!.

La  magdalena ya  está bizcochada, envuelta  y formateada .

Un día, cualquier día, trato de  desmontar todas  las piezas  que  constituyen mi alma ,y   pruebo la magdalena y, de repente, ¡pamba!:  me  resulta  muy difícil separar  la razón de la creencia, la educación de raíles  que llevo en la memoria, de mi  libertad  , la voz de mi madre  cantándote una nana, de la bronca de mi padre  porque  eras  un vago.

A mis  padres, y a  toda esa  gente que  me  ha educado en la vida,  le  importa  nada lo que  ese niño que  fui    haga  después  a lo  largo  de su vida. Porque están convencidos de  que una tarde  de   tristeza, de melancolía , emergerá todo eso   dentro  de una magdalena...y  al final saben  que, aunque medio muerto,volverá el hijo pródigo  a  casa.

Y  en esa  casa  están ellos: Dios, la Virgen, mis padres, mis hermanos,mis amigos, esa  gente con la que entregué buena parte de mi vida, mis  alumnos, esas   maravillosas tertulias  cantadas, las  mujeres que amé, Carlota, Roser, Marieta, Manuela, Ana, María José...

Pero,¡ojo!:  sé  que en esa casa a  la  que regreso  no siempre está mi padre Dios. A  veces el sabor  de  la magdalena  puede  confundirme.

Sigo  regresando...

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ESPACIO RADICAL LIBRE:¡OJO SI PIDE TIEMPO Y ESPACIO!

2 comentarios:

  1. Dios es en realidad el repostero que hace las magdalenas en un garito de mala muerte, en un hotel de cinco estrellas o en tu casa un domingo a las cinco de la tarde.
    El Señor Repostero se lo pasa en grande. Esparce harina sobre la mesa de madera en la cocina, prepara la masa con sus propias manos, la introduce en el horno de leña y le pega un calentón del carajo.
    La magdalena se hincha y gana volumen a la par que sabor.
    Luego las deja reposar y la cocina se llena de sabrosos olores azucarados.
    Al atardecer el repostero sube a la terraza con un plato de magdalenas y una botella de agua mineral.
    Se las come de forma deleitosa y pega pequeños sorbitos de agua de Solares.
    Mira a los pájaros volar a esa hora del atardecer donde las aves cambian de campo para buscar refugio.
    Y exclama: " Están cojonudas. Soy un crack ! "
    ...
    Tú te sientes un maldito producto industrial, confeccionado a base de máquinas automáticas que te hacen ser una magdalena en serie.
    Pero no.
    Te han hecho con mucho cariño y una gran generosidad, muchachito.
    Y ¿sabes?, estás para comerte.

    Muchachit@ !

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  2. Suso muchas gracias por tus reflexiones sinceras. Me ayudan y creo que tu estás más cerca que yo en el proceso de retorno del hijo pródigo. Quizá yo todavía no he comenzado el regreso pero... se que lo comenzaré.

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