miércoles, 1 de febrero de 2017

EL SENTIDO DEL DEBER.

Hay una sentencia de  mi buen amigo Rafa  D. , un hombre  absolutamente genial y enloquecido, autor de  la frase "Yo no  me  hundo, yo buceo" que  dice: El hombre es un mono con piel de gorrino y  el escroto rugoso de un rinoceronte  que se ha vuelto loco.

Algo de eso hay . Unos tíos  que nos ponemos en la cabeza las  cosas  que nos ponemos cuando  somos Papas, magistrados, reyes, generales,  o conquistadores...

Mitras , boinas, chapelas, gorras de plato, gorros de cocinero , tiaras, cascos con cuernos de vikingo, chisteras, fedoras, sombreros charros, bombín, cordobés, panamá.... Estamos  como  una  puta cabra. ¿Quién nos puede tomar en serio?

Debajo de cada uno de estos sombreros hay un único cerebro con las meninges  hechas tortilla francesa y el deseo de ser  importante y poderoso . Esa que te hace  no parar hasta que te ponen  una  rama de laurel en la cabeza. Y esas  ramas  se confunden con la felicidad.

Para  lograr el gorro de su vida   el hombre ha fabricado universidades,leyes , se ha embarcado en aventuras, ha conquistado imperios, a navegado la mar océana, inventó la tortura, creó instrumentos musicales, se hizo antropófago.

También se ha ayudado con diversos zumos, hierbas, semillas y raíces, y viven allá en el otro mundo.

Últimamente, el hombre  viaja en internet  y  visita  lo ignoto exterior, interior, lo macro y lo micro.Nunca hemos ido tan lejos , ni tan a ninguna parte.

Anda huyendo de sí mismo. ¿Quién le persigue? Sin duda  se  ha tomado en serio  eso de "creced y multiplicaos , henchid la tierra".

Desde que salió del  paraíso  el hombre lleva el sentido del deber agarrado a los bulbos del cogote.

Tiene que levantarse a las ocho, tiene que ir a la oficina, tiene que enamorar a la pareja, tiene que conseguir el ascenso, tiene que alcanzar el cielo, tiene que obedecer las leyes y los reglamentos. Tiene que cumplir con su deber precisamente por ser su deber. 
Resultat d'imatges de SOMBREROS RAROS
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ESPACIO RADICAL LIBRE: LOS ANDRÓGINOS

2 comentarios:

  1. Yo no huí, avancé en la dirección correcta, pero en el sentido contrario.

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  2. Una película de Fellini: "Ocho y medio". Genial. Una imagen del agobio del hombre de hoy: desde el comienzo, con Mastroiani metido en un embotellamiento, hasta el final, cuando se mete debajo de una mesa para huir de las peticiones de atención de todos.

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