martes, 21 de febrero de 2017

LOS DE LA MALA SUERTE.

Hay  gente  que su  vida está  presidida  por eso que suele llamarse mala suerte. Son tan  normales  como tú o  como yo, sin embargo, nunca  han  tenido  un trabajo que le permitiera vivir con seguridad.  A pesar de ser trabajadores,  brillantes  en lo  suyo,  su carrera profesional  resulta un completo desastre. En  los amores  no  han tenido  suerte, ya sea  por exceso o por  defecto, o por  una  sexualidad  compleja , incapaz de comprometerse por amor.  

Me   escribe  un amigo : "nada   me  salió como planeé. Y , ahora, el colmo, me han quitado el carnet de conducir  definitivamente. Estoy  fuera  del Sistema".

La vida de   bastantes  se relaciona con los márgenes, con lo más escondido y olvidado. Siento una enorme compasión  por estas  personas.  Sus biografías   hablan  de su incapacidad para vivir en el mundo y aceptar sus compromisos. Muchos  de  ellos buscan hacerse  muy  pequeños, pasar  desapercibidos y escapar.

Una  vez  me  comentaba  un párroco  de una  barriada muy  humilde que  tenía  comprobado que muchas  de las personas que  se ofrecían  voluntarias  para  ayudar a  gente  muy necesitada , eran de  una  pasta especial: "Hay que  tener  estómago  para  sumergirte en estos ambientes. No  son  aptos para  personales  normales".

Sin embargo, se repiten  en ellos muchas  costumbres cotidianas :   su amor por los animales pequeños, por los espacios minúsculos, por los seres deformes y perseguidos; por todo lo que vive en los intersticios, en la frontera, abierto a un mundo prehumano. Su querencia  por los objetos inútiles, los insectos, los ratones, los perros. ¡Cuántos sin techo vemos  acompañados de un perro sucio y  pulgoso  postrado a su lado!.

Nuestro tiempo ha dado la espalda a ese mundo desfigurado.  Crea  Institutos de la Felicidad, se escriben manuales de autoayuda, se fundan seminarios de risoterapia y talleres de cómo educar a los bebés. El mundo se ha poblado de psicólogos, expertos en técnicas de relajación y charlatanes que hablan sin descanso de la necesidad de ser positivos, de no dejarse llevar por la melancolía y de la inutilidad del sufrimiento. Surgen aquí y allá  coachings   que afirman que  la vida  debe ser lo más parecido a una fiesta de cumpleaños infantil, un espacio de diversión y juegos interminables. 

Sí, hay  gente que tiene  mala  suerte. A esos  Dios  los ama  de  una manera  especial. Los distingue del resto. Como Sísifo, una y  otra  vez    ascienden a  a diario  con la  piedra del infortunio. No  les  consuela  saber que si Dios o no Dios. Todas las Bienaventuranzas  prometen una  recompensa  futura, excepto la de estos "pobres de espíritu" de los  que afirma   que  de ellos  " es el reino de los cielos"....ese es el tema  de "Manchester  frente  al mar", una  película que habla de  márgenes.



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ESPACIO RADICAL: EL TRIGO Y LA CIZAÑA.

2 comentarios:

  1. Buenas noches. Muy buen post como siempre. Un comentario aparentemente banal: un perro, aún sucio y pulgoso, puede ser un buen amigo; tienen la suficiente sensibilidad...instinto, llámale como quieras, para captar cuando tu ánimo no puede más y te transmiten que están ahí, contigo. Lo digo por experiencia.
    Gracias

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