Hay gente que su vida está presidida por eso que suele llamarse mala suerte. Son tan normales como tú o como yo, sin embargo, nunca han tenido un trabajo que le permitiera vivir con seguridad. A pesar de ser trabajadores, brillantes en lo suyo, su carrera profesional resulta un completo desastre. En los amores no han tenido suerte, ya sea por exceso o por defecto, o por una sexualidad compleja , incapaz de comprometerse por amor.
Me escribe un amigo : "nada me salió como planeé. Y , ahora, el colmo, me han quitado el carnet de conducir definitivamente. Estoy fuera del Sistema".
La vida de bastantes se relaciona con los márgenes, con lo más escondido y olvidado. Siento una enorme compasión por estas personas. Sus biografías hablan de su incapacidad para vivir en el mundo y aceptar sus compromisos. Muchos de ellos buscan hacerse muy pequeños, pasar desapercibidos y escapar.
Una vez me comentaba un párroco de una barriada muy humilde que tenía comprobado que muchas de las personas que se ofrecían voluntarias para ayudar a gente muy necesitada , eran de una pasta especial: "Hay que tener estómago para sumergirte en estos ambientes. No son aptos para personales normales".
Sin embargo, se repiten en ellos muchas costumbres cotidianas : su amor por los animales pequeños, por los espacios minúsculos, por los seres deformes y perseguidos; por todo lo que vive en los intersticios, en la frontera, abierto a un mundo prehumano. Su querencia por los objetos inútiles, los insectos, los ratones, los perros. ¡Cuántos sin techo vemos acompañados de un perro sucio y pulgoso postrado a su lado!.
Nuestro tiempo ha dado la espalda a ese mundo desfigurado. Crea Institutos de la Felicidad, se escriben manuales de autoayuda, se fundan seminarios de risoterapia y talleres de cómo educar a los bebés. El mundo se ha poblado de psicólogos, expertos en técnicas de relajación y charlatanes que hablan sin descanso de la necesidad de ser positivos, de no dejarse llevar por la melancolía y de la inutilidad del sufrimiento. Surgen aquí y allá coachings que afirman que la vida debe ser lo más parecido a una fiesta de cumpleaños infantil, un espacio de diversión y juegos interminables.
Sí, hay gente que tiene mala suerte. A esos Dios los ama de una manera especial. Los distingue del resto. Como Sísifo, una y otra vez ascienden a a diario con la piedra del infortunio. No les consuela saber que si Dios o no Dios. Todas las Bienaventuranzas prometen una recompensa futura, excepto la de estos "pobres de espíritu" de los que afirma que de ellos " es el reino de los cielos"....ese es el tema de "Manchester frente al mar", una película que habla de márgenes.
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ESPACIO RADICAL: EL TRIGO Y LA CIZAÑA.
ESPACIO RADICAL: EL TRIGO Y LA CIZAÑA.
Buenas noches. Muy buen post como siempre. Un comentario aparentemente banal: un perro, aún sucio y pulgoso, puede ser un buen amigo; tienen la suficiente sensibilidad...instinto, llámale como quieras, para captar cuando tu ánimo no puede más y te transmiten que están ahí, contigo. Lo digo por experiencia.
ResponderEliminarGracias
Gran verdad!
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