sábado, 11 de febrero de 2017

MÁS GRANDE QUE EL AMOR.

Ante el amor todo importa mucho y nada al mismo tiempo.

La más humilde ofrenda lo conquista y todo el oro del mundo no conseguiría comprarlo.

La menor ofensa le hiere y, sin embargo, es capaz de perdonar hasta los pecados más detestables.

El más ligero soplo le estremece, y el huracán más impetuoso no logra derribarlo.

El amor es inmortal y, al mismo tiempo, más vulnerable que todo lo que muere.

Habita más allá del bien y del mal a la vez que nos impone las obligaciones más estrictas.

No vive de nada, pero lo exige todo.

"Al final de la vida se os juzgará por el amor".

Eso significa que seremos juzgados por nosotros mismos, desde dentro , en una balanza más sensible que la ley. El mismo que dice "tus pecados te son perdonados" , por grandes que sean los crímenes, afirma también que "no saldrás de allí hasta haber pagado hasta el último denario".

¿Qué pasa pues?

Nuestras ofensas son las de un hijo ingrato, o las de un amante infiel : hieren  el amor más que infringir la ley, por eso alguna de nuestras deudas duelen tanto.

Por eso Dios nos salvará, porque nos quiere con locura.


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ESPACIO RADICAL LIBRE LA FALTA DE AMOR PROVOCA...

1 comentario:

  1. El pinche de cocina.11 de febrero de 2017, 10:19

    El Repostero que confecciona las magdalenas vitales, también conocido como Dios, Yavé o el Boss, lo sabe perfectamente.
    El horno de leña donde nos cuece no calienta las magdalenas de forma uniforme. Él nos moldea con amor, pero el horno de la vida a veces nos da demasiada caña.
    Resultado ?, magdalenas ennegrecidas por el humo de la cotidianidad, magdalenas quemadas porque están situadas justo sobre el tronco de encina que arde no veas y magdalenas tristonas por avatares del destino.
    ...
    El Repostero lo sabe. No todas las magdalenas son divinas de la muerte.
    Es más, hay hornadas que salen más quemadas que un santo en una playa nudista, o con el sabor ácido de la venganza trapera, o con la marca indeleble de la guerra.
    Para esos casos el Repostero tiene el truco del almendruco.
    Las parte con cariño, toma un tarro de miel de romero y las endulza justo por el centro, donde su alma atormentada guarda zonas sabrosas, donde el fuego del horno de la vida no ha podido carbonizar sus entrañas.
    A la hora de comérselas el Repostero valora muy mucho el sabor de la salvación. Son magdalenas ennegrecidas que con la ayuda de la miel de romero del perdón, tienen un pase y se pueden comer sin que te de una potente cagadera.
    ...
    Por alguna razón el Repostero valora más el sabor de la Magdalena salvada que los aromas de las magdalenas que tienen un máster y saben cuatro idiomas.
    En el fondo el Repostero considera que salvar magdalenas quemadas tiene un gran valor en el negosi de la Repistería Vital.
    Al tío le encantan los retos.
    Y tú eres su siguiente magdalena ennegrecida por el humo de una vida incierta.
    ...
    No me seas un cafre y déjate abrir en dos.
    La miel de romero de la verdad, te puede salvar la temporada.
    Juegas en casa, magdalena de mi vida y de mi corazón.

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