jueves, 15 de octubre de 2020

A PROPÓSITO DE NUESTRA SEÑORA DE LA GATERA.

En la mística iraní se piensa que el nacimiento de cada hombre está presidido por un ángel llamado Daena, que tiene la forma de una niña bellísima. 


El rostro de ese ángel no permanece inalterable a lo largo de la vida sino que se va transformando imperceptiblemente con cada uno de nuestros gestos, palabras o pensamientos. 


Al final de la vida, cuando nos encontramos por fin con él, se ha transformado en un ser bellísimo o en una criatura monstruosa según han sido nuestros actos. 


En El Quijote es Dulcinea quien representa a ese ángel secreto y es a ella a quien nuestro caballero dedica sus aventuras, pues un caballero no es nada sin una dama a quien amar. Llevar a la realidad la vida de sus sueños más secretos, tal es la búsqueda esencial de los caballeros enamorados.


A mi me enseñaron de bien crío a amar a la Señora así, como un hombre enamorado. Y no hay día que no la recuerde. Casi no hay medios días sin que esté en mi secreto.


Poco tiempo después de morir Manuela pergeñé la idea de tenerla en la memoria. Y la uní a una nueva advocación: nuestra Señora de la Gatera. La Virgen que "cuela  as sus hijos " por la gatera de la puerta del cielo".


Una buena amiga hizo  el retrato , la Virgen con las facciones de Manuela pintada sobre una puerta. Y un sacerdote amigo la bendijo.


Hay gente que no entiende. Bueno, no es el primer cuadro de la Virgen que el modelo no es eiemplar....¿ quién lo es?


Me da igual lo que se pueda pensar. Es mi Señora. 




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