A veces, con los hijos pasa como con el dibujo: no te sale como lo imaginabas. A un dibujo lo puedes romper y volver a hacer, borrar, pero con el hijo, con el hijo de verdad... eso no lo puedes hacer.
Eres una madre que hubieses aceptado sin dudar un hij@ Down.
Pero no, no salió Down. Resulta que es normal.
Todos los niños que nacen, pero sobre todo los más necesitados, los que sufren a causa de la enfermedad, la pobreza o la injusticia, son poéticos porque nos hacen pensar en la hija del faraón rescatando a Moisés de las aguas. También ese hij@ enfermo flota en cestitos así, van a la deriva, y esperan a alguien que los salve. Llevan una llama con ellos, una llama que no se debe apagar.
Ocuparse de esas llama para muchos padres, y familias enteras, da todo su sentido a la vida, y al amor.
Uno de los motivos por los que queremos a los bebés es porque aún no han tenido oportunidad de agraviarnos...pero, ¡ ay!, el niño se te ha hecho mayor.
Ya en su adolescencia no hubo forma de encauzar sus primeras reacciones , que te producían tanto rechazo y, por qué no decirlo, tanta vergüenza ajena. Un consejo ( que no me has pedido) aleja de ti la ideología, la religión, el qué dirán, y activa el amor incondicional.
Sólo el amor incondicional.
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