lunes, 19 de octubre de 2020

SÚPERSUSO.

Un día, en Valladolid,  tenía una agenda apretadísima. Era subdirector del colegio de Fomento , Peñalba.


Tenía una entrevista  muy importante en la COPE para hablar y promocionar el  colegio. Después, a mediodía, una reunión de comité directivo con un tema encima de la mesa que afectaba a mi negociado , y al futuro de alguna persona. Por la tarde, en coche a Madrid, a impartir una conferencia supermolona para mi prestigio, pues clausuraba una promoción de estudiantes de COU en un colegio chachi de la muerte de superosea y eso.


Las típicas reuniones que tienes que ir porque te ha costado mucho y son reuniones super super super importantes. 


Me levanto hecho polvo con una fiebre muy principal. Había pillado el típico virus. Entonces, llamé al director del colegio y le dije  “Julio, cancela todo, me estoy  muriendo”.  Después llamé a la COPE y  dije " lo siento mucho. Creo que tengo bicho malo y palmo. Reza por mi".


Cancelé todo.


¿Sabéis lo que pasó? Nada. No pasa nada. Más aún,  si me hubiera muerto, tampoco habría pasado nada. Pero nada de nada, colega.


Allí aprendí que Suso  no era la persona más importante del mundo, ni siquiera la segunda. Y que  la gente seguía  por ahí tan feliz y tan campante.


La peña  no iba por la calle diciendo: “Oye, ¿te has dado cuenta de que Suso está enfermo? ¿ Qué hacemos ahora?¡ ¡Estamos jodidos!...Vamos a parar un poco la actividad”. 


No, la gente siguió  a lo suyo. 


Al día siguiente,  me reincorporé al curre. Pero había descubierto una cosa maravillosa, y es que  no había pasado nada. 


Que no existe Supersuso. No tenía que salvar el mundo.



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