El dolor es algo inefable, intrasferible, personal. Y no sólo el físico.
Hoy millones de personas sufren por la muerte de alguno de sus hijos, por la nostalgia de personas perdidas por la persecución y el odio del otro, el escarnio, la burla y la irrisión hacia quien sufre la soledad y el abandono, la infidelidad de los amigos, la ingratitud de alguno de los nuestros.
Sufro por ti.
A mi no me duele nada, pero lo tuyo es una sentencia de muerte. Y me rebelo al fiscal, y apelo al juez contra una sentencia que me parece injusta. Aquí, por no valer, no vale ni presentarte como culpable para pagar la deuda de otro...
En la Piedad de Miguel Ángel Jesús es presentado por su Madre como el que murió por nosotros, siendo nosotros los culpables.
“La Pietas “ romana permitía que un hermano del prisionero de guerra podía sustituirle en su pena por causas familiares graves...de allí que “La Piedad”, vista desde esta perspectiva, nos conmueva tanto: nuestro Hermano, inocente, fue canjeado por nosotros.
Pero aquí no hay “Piedad” que valga. A mi no me dejaron morir por ti.
Algún día dejarás de encribir cosas estériles y te irás a tu casa.
ResponderEliminarCreeme sé lo que digo y sé de lo que hablo.
Por supuesto que te creo...jaja jaja jajajaja jajajaja jajaja jajajaja jajajaja jajajaaa jajaja jajajaja jaja jajajaja
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