viernes, 30 de octubre de 2020

MERCADO NEGRO.

La chica tenía entonces dieciséis años.  No supo que la fotografiaba. Estaba en una terraza de una cafetería en sant Cugat . Yo me encontraba  en el interior.


La instantánea la hice por esa mirada. No la juzgaba: esa barquilla  dejaba la playa de la infancia y su  particular cabotaje.


Me llamó la atención su madura  y bella y prematura  vejez de aquella mirada,  ese gesto de  actriz que representa un papel que , ¡ ay!, le sentaba grande. 


La chica estaba haciendo pellas. Yo la conocía.  Y sus padres jamás suspecharían que esa niña fumara, se maquillara, no estuviera  en el colegio y se  comiera a besos  a un torpe chaval. 


Del mismo modo que el mercado negro es una respuesta a ciegas  de la propiedad  cuando la ley impide el comercio , una educación basada en la desconfianza,  en la  sospecha, en controlar a tus hij@s cuando no te ven, crea un mercado negro en ell@s , de  vida entre paréntesis, de mentiras y  dobleces...


¡ Y aún hay padres que les extraña!









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