viernes, 23 de octubre de 2020

UN PARTICULAR VIAJE A ITACA

Hay quien vive su particular viaje a Ítaca. Esa patria.


 La vida, tan incierta  , no me ha concedido una única patria, sino que me ha arrastrado de acá para allá , y ha hecho  que me convierta en una especie de peregrino y que no tenga una sola Ítaca, sino varias. 


Ítaca es Carlos y Soledad. Ítaca es Matilde. Ítaca es Chery. Itaca es Roser. Ítaca es Carlota. Ítaca son los nombres de tiodas las mujeres que amé.


Ítaca es la tuna de Monterols. Ítaca  las catequesis en el barrio chino. Ítaca  los corazones espejismos donde creí que bebería y sólo eran arena ....también yo fui un espejismo.


Considero mis Ítacas aquellos lugares donde he sido feliz, que han marcado mi biografía y que he compartido con personas que, en su momento, dejaron huella en mi alma trashumante.


Desde la calle Lasierra Purroy , en Torrero, Francisco Vitoria, el colegio del Salvador, jesuitas ,  o  Montearagón.  Santa Engracia, la parroquia donde fui monaguillo. O Cuellar, un club juvenil donde entregué mi vida a Dios del mismo modo que los misioneros iban a tierras lejanas a morir si hacía falta.


¡ Vaya mierda de vida que ofrecí!


El Pilar, agarrado en mi adolescencia a esos barrotes dorados , mirando a la Virgencica y pidiendo imposibles que, hoy lo veo mejor que nunca, se me concedieron.


La buena gente  que me enseñó a leer y me inoculó el amor por los libros, y el cine, mientras una imaginación inmadura e infantil  acompañaba mis andanzas. Y sus nombres, don Clemente, el Batusi, el padre Irisarri, el hermano Tarradellas, Carlos Parra, Tomás Gómez...


 Y el amor , en todas sus formas y sensaciones, desde las más retorcidas y extrañas, a las puras y  de una ingenuidad patológica. ¡ Pero era amor!


Los amigos de entonces, los maestros y profesores ,la distinta  gente que fue cruzándose en mi camino ,  me proporcionaron una formación en el dolor, en la alegría, en el amor, que me escoltaría el resto de mi deambular por los senderos de la vida. 


Toda esa gente maravillosa de Monterols, de Herzegovino, de  Bauprés, de Segriá, de Turó, de Peñalba , de Matilla, de  Penwin, de Cuntis, que me contagiaron  su pasión por  el mundo , sus canciones,  y me enseñó casi todo cuanto de ello sé aún hoy en día.







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