jueves, 22 de octubre de 2020

EL GOBIO

Me contaron hace años el experimento que Erich von Holst hizo con un gobio, un pez ,  extirpándole la parte del cerebro donde residía su adhesión al cardumen.


El cardumen es un banco de peces  que se mueven en  grandes masas.


El resultado fue que el pez nadaba a su bola, sin importarle lo más mínimo lo que hicieran sus mayores  y las viejas glorias del banco. 


De ahí que su idiotez y su independencia de criterio lo convirtieran en el capitán de aquella muchedumbre, la puta base, o, por decirlo con la terminología que tanto gusta en la política de ahora, la militancia.


A veces en la política,  en un partido,  una congregación,  incluso en la  Iglesia,  aparece un gobio descerebrado y lía un sidral de padre y señor mío. 


Todo el cardumen lo mira alucinado,  el tío haciendo el gilipollas a su bola,  y piensan " ¡coño,  este sí que sabe ¡".


Hay mucho gobio descerebrado ,  ¿pero para qué dar nombres?






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