domingo, 28 de marzo de 2021

NOMALAND.

Ayer fui a ver Nomaland. 


Es un drama  sobre subculturas, casi marginales, y narra la historia de una mujer que abandona su pueblo natal para emprender un viaje por el oeste de Estados Unidos después de haber perdido todo por culpa de la crisis económica, por lo que ella decide explorar un estilo de vida nómada, alejado de las convenciones sociales.


La película  hace  un estudio poético de personajes sobre “los olvidados y los oprimidos” por lo que captura a la perfección la inquietud dejada a raíz de La Gran Recesión, un período de marcado declive general.  Explora el fenómeno de los trabajadores estadounidenses mayores que viajan por el país como “nómadas”, acampados en busca de empleo.


Es muy actual , pues hoy esa crisis puede ser muchísimo mayor.


La película apuesta por enseñarnos las cosas con sosiego y tranquilidad, una experiencia desnuda y bellamente dibujada que se mueve y se siente exactamente como las vidas y experiencias que retrata; donde lo mejor es el estilo “libre” y los paisajes que son impresionantes, el trabajo de cámara es bastante íntimo, y siempre atento a los gestos sutiles y deliberados de sus personajes.


La mirada de su protagonistas cala muy dentro. Una mujer de una dignidad a la altura de su soledad.


Es una película que para algunos  puede resultar aburrida, puede que no cuente mucho o nada, porque después de todo no hay grandes giros que impacten al espectador; pero gracias a su fotografía, es hipnotizante a su manera única y realmente llega a ser algo parecido a su obra maestra.


Del reparto, el filme lo lleva Frances McDormand. Esos primeros planos llenos de dudas y desconcierto, pero llenos de esperanza.


Para su papel vivió como nómada moderna. Parece que ella misma adoptó el estilo de vida de estar constantemente en movimiento para hacer que la película pareciera más auténtica, en lugar de simplemente actuar las escenas.


Después de todo, vivir en una furgoneta es precario... y toda la historia no parece tan genial o ideal como cuenta; por ejemplo, vemos muchos “boomers” blancos; hay una mujer afroamericana “simbólica”; nadie presenta enfermedades mentales o adicción a las drogas.


Hay un ambiente extraño y superficial con mucho sentado alrededor de fogatas cantando y “felices”, que suena a  cosa rara y como que no cuela.


Pero queda el efecto acumulativo de sus muchos encuentros tranquilos, aparentemente intrascendentes y momentos de contemplación solitaria, lo convierten en un retrato único de la existencia ajena.


Se explora el panorama con un gran propósito y una idea clara de cómo manejar los temas del envejecimiento, la pobreza, el desempleo y lo que significa una vida en la carretera; donde como dicen en la película, “las despedidas no son definitivas en la comunidad nómada, ya que siempre prometen volver a verse en el futuro”


En fin, Nomadland es una película dedicada a aquellos que parecen marginados por los demás; pero en realidad se trata de quienes eligen intencionalmente su propia forma de ser; personas que tienen una variedad de sentimientos, como la pérdida, el dolor o la soledad.


Y es que los nómadas ciertamente no están enojados con alguien o con algo de su pasado, sino más bien son personas solidarias y compasivas con aquellos que perdieron su camino....es un canto a un modo de ser libre.


Eso suena muy irreal.... aunque puedan decir que un vehículo es su hogar, su verdadero hogar está dentro, por tanto en todas partes; y lo que los une a todos es lo que todos estamos ansiosos por obtener:


Añadir que la película se sustenta , además de en la interpretación de Frances McDormand, un trabajo valiente, poderoso y dificilísimo, ya que pocas cosas hay más complicadas que interpretar sin hacerlo. Su personaje no hace cosas, las siente, y ella sólo se vale de su cara, su mirada y sus gestos para retratar todo lo que le ocurre, y con tan poco con lo que jugar, la tía se come la cámara. 


También  la banda sonora, tan suave y delicada que parece imperceptible, y la fotografía, cuya belleza es tan abrumadora que sólo por ella ya vale la pena tragarte las casi dos horas de metraje. En último lugar, "Nomadland" triunfa reduciéndolo todo a lo más básico, a lo esencial de la vida, que no es más que leer un libro, disfrutar de un amanecer, conocer a gente o ver a los golondrinas revolotear. Alguien dijo que la felicidad es la ausencia de problemas, y en eso estamos con Fern.


“Te veré en el camino”.




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