El cuerpo no tiene ideología.
Una amiga está esperando un trasplante de un riñón para una hija suya. Estos días de vacaciones , de modo instintivo, esta mujer rezará para que uno de los cientos de accidentes que habrá en las carreteras de este país salve la vida de su niña.
Las lágrimas por la perdida de una vida son las de la alegría por la salvación de otra. En el fondo si todos los cuerpos humanos son intercambiables se debe a que sus entrañas carecen de ideologías. Esta persona a la que me refiero es de las de "a mi derecha , la pared". Pero no objetará nada si el donante es homosexual, transexual, de Podemos, verde, rojo, o de la especie "raro de cojones".
Nada de eso se trasplanta. En efecto, en una curva de carretera se produce el accidente mortal deseado, y aunque el hígado pertenecía a un hijo de la gran puta , hasta el culo de copas y pasado de farlopa, , que se había dado frontalmente contra otro coche a la salida de un prostíbulo de madrugada, gracias a esa muerte la hija de mi amiga , y tres personas más, viven.
No hay sangre que bombee al cerebro que fuerce a cambiar de pensamiento. El ego no reside en ningún lugar concreto del organismo.
¿Qué hemos hecho para ser como somos? ¿Es el alma la que desaparece en ese accidente que ha dejado unas vísceras en el asfalto , y esas tripas poco después ocupan otro cuerpo y su alma?
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