Te han ido con unas trolas alucinantes desde bien pequeño.
Sin prisa pero sin pausa, como el calabobos de la lluvia que cae desde las más tierna infancia, preparan el cebo:
“Si no te comes la sopa te llevará el coco”. “ si mueres mientras cometes un pecado mortal te condenas”, cada vez que te tocas a Jesucristo le clavas una espina de su Corona ", " esto que te cuento es voluntad de Dios"...
Y te acosan de por vida azuzando el miedo, pescando en el río turbio del pecado y la virtud, vendiendo gato por liebre a costa de un credo que fabrica platos rotos que acabas pagando tú.
Formarse es tirar el traje de la primera Comunión, e ir creciendo y vestir con otros criterios.
Es ridículo verte vestido de marinerito a tu edad mostrando los cojoncillos, creyendo en las cosas que crees.
Yo estoy luchando por desprenderme de toda esa mierda por el módico precio de 260 euros al mes, que es ni más ni menos lo que me cuesta la psicóloga. Nunca he sido especialmente escrupulosa, ni mi familia es de la Cosa ni yo he sido nunca de la Cosa, pero el mero paso por sus centros educativos te marca de por vida. La gente es maja, la formación académica no está mal, la filosófica me parece que bastante mejor que la media... la formación espiritual y sexual, traumática y un auténtico espanto. Emma Morley.
ResponderEliminarTe entiendo...yo sigo con mis tatuajes jesuíticos y/o familares en temas como el sexo, la muerte, la educación afectiva...al final, en lugar de psicólogo, me hice a la idea de aceptarme mis taras.
ResponderEliminarUn poco como cuando vas a oportunidades de del Corte Inglés y sabes que el Lewis tiene un bolsillo pallá.