Mucha gente piensa que las cosas que suceden son totalmente ajenas a nosotros, y que lo único que podemos hacer es adaptarnos a las circunstancias. Es más, su estilo de vida está basado en esa premisa: donde fueres haz lo que vieres.
Hay quien tiene una capacidad infinita de soportar las contrariedades. Una esposa inaguantable, un jefe maniático y broncas, un novio machista, un padre castrante. Su lema es "nada pedir , nada rehusar",
Algunos, sin embargo, estamos hechos para cambiar el paisaje que nos rodea y creemos que sí se puede. Pero, me temo, somos de una ingenuidad planetaria.
He tenido últimamente unas experiencias que han hecho que dude de poder transformar a nadie.
Decía Hermes Trimegisto, “si tú cambias, todo cambia”. Pues no señor. Hay personas que están muy acartonadas, con cortezas muy gruesas, con crustáceos en el casco de su barco. Y si esa persona es el amo - el Puto Amo de la Barraca- no hay nada que hacer.
En nuestras manos está decidir nuestras expectativas y el tipo de relación que establecemos con el mundo, lo cual acaba definiendo en gran parte cómo será nuestra vida. Con personas así sólo cabe aguantar y buscar una salida. No merece la pena perder el tiempo.
Eso que llaman profecía autocumplida, en fin...
Pienso que uno no obtiene lo que quiere, sino lo que espera. Y desde luego no espero tener determinado tipos de jefes. Eso vale también para determinado perfiles de madres y padres. Hay un momento en la vida que hay que matar a mamá , o a papá. Hay que volar del nido, vestirte a tu aire, y vivir la tuya.
Detrás de muchas experiencias de fracaso está la profecía autocumplida de los padres, de jefes autoritarios, de empresas donde la familia mangonea y pueden decirnos : “¿Lo ves? Ya te decía yo que pasaría”.
Detrás de muchas experiencias de fracaso está la profecía autocumplida de los padres, de jefes autoritarios, de empresas donde la familia mangonea y pueden decirnos : “¿Lo ves? Ya te decía yo que pasaría”.
Si sigues en la pecera que te han impuesto todo seguirá igual. El viaje no tendrá ningún misterio para ti. Salta. Equivócate. El error es la base del cambio, y eso es importantísimo. Fracasa, vuelve a empezar, vete de aquí para allá.
No tengas miedo. Y cuando alguien te diga "¿lo ves?. Ya te lo decía yo". Te reirás de de verdad, y hasta te compadecerás de ese pobre hombre.
Gracias...lo miraré
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