En la parábola de los talentos se elogia al siervo bueno y fiel y le dice " entra en el gozo de tu Señor". A uno, cuando en las catequesis le hablaban del cielo pensaba " ¡ vaya coñazo!". Una eternidad mirando y contemplando a Dios, no sé. No parece un planazo. ¿A quién le puede parecer eso atractivo?
En casa esta primavera están floreciendo las azaleas. Es maravilloso ver los arbustos con una floración muy abundante, unos colores de tonos rojos, blancos, rosas. Ahora están , además, con un sonido como de " armonio", un zumbido que hacen las abejas y abejorros que están polinizando las flores. Las ves allí , y parecen de verdad muy felices, entrando y saliendo, volando suavemente de aquí para allá, introduciéndose y saliendo, para aflojar el polen.
Se aferran a la flor y mueve rápidamente sus músculos alares, sin mover las alas. Esto produce un zumbido con un sonido característico; esta vibración afloja los granos de polen y hace que emerjan de la antera.
Me acordé de ese "entra en el gozo de tu Señor". ¿Y si el cielo es así?. Andar en la Inmensa Interioridad de un Dios infinito en su belleza, en su amor. en eso que llamamos Gracia.
A veces pienso también en esa frase de san Pablo , esa que dice que en "Dios nos movemos, existimos y somos" ngo la impresión de que es así, y es verdad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario