Llega la Semana Santa. Es tiempo propicio para los que están en lista de espera cara a conseguir un trasplante de hígado , de riñón...quedarán en la cuneta unos cuantos cadáveres que dejarán una buena cosecha de vísceras para ser trasplantadas.
Las entrañas no tienen ideología. Tiene gracia. Si el riñón es rechazado no será por ser de derechas, de izquierdas, homosexual , racista, o travestido.
Aunque conozco unos cuantos que por nada del mundo cambiarían su pulmón por el de un desenfrenado homosexual...a no ser que le fuese la vida en ello.
El ego no se trasplanta.
Estos días de vacaciones Paco saldrá de un prostíbulo en Caldas de Reis y se estampará contra un árbol en Vilagarcia de Arousa. Aunque el hígado pertenecía a un macarra de aúpa, se lo llevarán en helicóptero a Santgiago a trasplantárselo al señor obispo, Monseñor Dallómesbó i Allavorens.
Y no dirá que no.
Tomo nota y prometo no correr. Mis vísceras están bien donde están.
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