AQUÍ PARA ESCUCHAR " VIRGEN DE CANDELARIA".
En la vida, sin darme cuenta, he vivido en polos muy diversos, en una especie de suerte donde me alimenté de gigantes, y descubrí con ello ser un enano.
Era como acudir al estante de mi particular biblioteca de libros de cabecera y leer un trozo del Quijote, un trozo de Los miserables, un trozo de Pla, o de Wauhg - que eso fueron para mi Joaquín Romero, o Joan Valls, o mi padre, ¡ tantos! - y, una vez concluido este experimento cruel y necesario, cuando te has dado cuenta del pobre hombre que eres, del tío de medio pelo que hay dentro de tus zapatos, de la triste avellana vacía que eres, sacar fuerzas de flaqueza y volver a intentarlo.
Sí, lo conseguiré. Meteré a la estrella más ardiente de todas en mi bolsillo. Inventaré palabras e historias para pupilas ni siquiera soñadas. Brillaré. Añadiré un libro a ese estante, y llevará mi nombre.
Ese soy. Todos los días. Un hombre atrapado en un bucle, como un asistente a un curso de retiro rezando el rosario , dando vueltas en un pasillo, en un claustro, y que no para. Como si viviera en el interior de un dibujo de Escher.
Hay que volver a empezar. una y otra vez. Hay que regresar a los grandes ejemplos.
Querer ser mejor persona a los dieciséis años lo hace cualquiera , pero que un tío de sesenta y siete ñapos insista , después de tantos fracasos , solo debería incitar a la ternura, porque lo más seguro es que uno sólo lo haga para defenderse de los muros cada día más altos que crecen a su lado.
Pasados los sesenta es imposible no enterarse, hasta el mayor mentecato se da cuenta, a esa edad cual es el verdadero valor de las convicciones, de la materia de que están hechos los buenos sentimientos, del sucio utilitarismo que guía el mundo y las propias decisiones.
La mayoría acepta el naufragio y sienta la cabeza; los hay que se resignan; pero también los hay que aumentan la dosis de idealismo, de ilusionante alegría para resistir contra todos y huir hacia delante, y buscar , y volver a empezar .
Soy una persona muerta de miedo que se niega renunciar a su héroe y sigue comportándose como si esta vida fuera una gran vida, solo porque está llenos de luz y se niega al conformismo, ese sótano que da a un túnel que da a un pozo que da a un ataúd. H
He aprendido ese modo de ser gallego, "medio creente e medio embromante", con su forma propia de imaginar y soñar. Como el curandero de Badoucos que aconsejaba al enfermo que soñase que estaba sano.
--------------------------------------------------------
A estas edades, cuando ya no es obligatorio el ayuno y entras en el mundo de tu madre y tu suegra, tienes que elevarte de lo existencial.
ResponderEliminarNo se trata de perpetuarse en tu familia, en tu nación o en una sociedad anónima.
Lo eterno nada tiene que ver con la vida como bios.
Ahora es cuando se vuelve interesante: te enfrentas a lo absoluto y lo eterno. La sabiduría del anciano es diferente a la sabiduría del joven.
Hoy me crucé con una pareja de finlandeses que hacían el Camino de Santiago. Están intentando recuperar el amor que se tienen desde hace dos años, porque intuyen que el barco se va a las piedras. Me sorprendió tanta sinceridad.
EliminarCuento esto porque me vi muy mayor. Me daban pena, y sentía envidia. Los veía tan jóvenes, tan pipiolos, tan esponjados aún...y yo lleno de cortezas.
Mañana en Utreya trato de ellos.
Todo va muy rápido. Me gustaría retener el tiempo.
A veces comentamos con los viejos amigos viejos, que ya no nos queda otro atractivo, ni físico, ni humor, que no sea el bolsillo para intentar ligar. Tus amigos finlandeses seguro que tienen todos los recursos para seguir y si no para buscarse otra.
ResponderEliminarLa verdad es que me llamó la atención ella. La encontré sola- él estaba dentro de una cafetería pidiendo el desayuno- y vi una persona chica muy enamorada, muy guapa, y que intuía que ese amor se le iba por el desagüe.
EliminarMañana la verá usted en Utreya, y entenderá de qué hablo.
Y no les recomendaste a tus conocidos finladeses el libro de Pep: "Bailar en la cocina"?
ResponderEliminarNo he leído el libro.
EliminarSólo he bailado una vez en la cocina, con una señora de León. La canción era "Bailar pegados" - yo la acompañaba poniendo la voz ronca, que me había trabajado mucho a Sergio Dalma.
No llegamos a terminar la canción. A ella se le quemaron los macarrones. Y a mi se me manchó la culera .
Lo de bailar en la cocina no lo veo nada romántico. Como idea así, de anuncio de Turrones o de Leche Pascual, pues tiene un pase, pero es mojón.
Ya te enviaré un ejemplar del libro.
EliminarGracias
EliminarOstras Suso, no dejas de sorprenderme con tus historias/aventuras con señoras. Una pregunta desde el desconocimiento o la candidez: Como te las arreglabas para ligar con tanta señora siendo numerario? Lo digo porque en mis 10 años en el Betis, nunca tuve tal ocasion de hacerlo, y no porque no me apeteciera…
ResponderEliminarEx bético, ahora sevillista
Tela la preguntita.
EliminarNo se lo va a creer, durante mucho tiempo- años- siempre pensé que eran cosas que me pasaban. Hasta que un día descubrí que lo que me pasaba sabía cómo provocarlo. Y allí comencé mi particular viaje de regreso a volver a empezar.
¿Cómo lo provocabas?
EliminarPrefiero no seguir por estos caminos. Son cosas que no se pueden transmitir.
Eliminar¡Hola Susazo!
ResponderEliminar¡cara de calabazo!
¡te envío un abrazo!
¡Hola Susín!
¡Cara de calabacín¡
¡La Virgen María te envía un besín¡
Usas ozempic?
ResponderEliminarLo suyo es una declinación del Toma, Tomae, Toma!, pues eso!
EliminarSoy más de supositorio uretral de alprostadi
Eliminar