viernes, 7 de marzo de 2025

DE DONDE VENIMOS, A DONDE VAMOS.

Hay 31.530.000 segundos en un año. 1.000 milisegundos en un segundo. Un millón de microsegundos. Mil millones de nanosegundos.


Hay una única cosa constante, que conecta los nanosegundos con los años, es el cambio. El Universo, desde el átomo a la galaxia, es un estado perpetuo de flujo. Pero a  la mayoría de la gente, no les gusta los cambios. Luchamos contra ellos. Nos asustan.


Y muchos viven en  la ilusión de lo estancado. Creen en un mundo en reposo, el mundo del ahora. Y aun así, nuestra mayor paradoja sigue siendo que el momento que entendemos como el "ahora"... ese "ahora" ya ha pasado. Estamos en un viaje de regreso a casa. 


Nos aferramos a las instantáneas. Pero la vida son imágenes en movimiento. Cada nanosegundo es diferente al último. El tiempo nos obliga a crecer. A adaptarnos. Porque cada vez que parpadeamos... el mundo que nos rodea ha cambiado. Somos un momento en la eternidad, donde nos movemos, existimos, y somos. De donde venimos , a donde vamos. El tiempo es una invención nuestra. 


Me gusta mirar el álbum de fotos cuando voy a casa de mi madre. Es el tiempo pegado a unas fotografías, como mariposas clavadas con alfileres  Allá está mi padre , joven,   el hombre que traía el bisonte a la cueva  . Mi madre, guapa, de una belleza gitana y fresca...lo vivido allí me acompañará siempre, una deuda sentimental  contraída con esta  buena gente que me hizo feliz, muy feliz. Y ahora e toca a mi recoger ese testigo y seguir corriendo, seguir rezando, seguir viviendo, y cambiando -  no somos ángeles - esperando la última página, y su última línea. 


He fracasado muchas veces,  así crecí:  repetí curso, me expulsaron del colegio, fui de aquí para allá  cuando era de la opus, arrastrado por mis vergüenzas , como Mesala,  por los caballos de la lujuria . Después me casé, y otra vez a empezar. La muerte. Guatemala, que no pudo ser.  Y esos cambios, y esos fracasos , me hicieron cómplice de mi mismo en guerra con el mundo. Una especie de síndrome de trinchera. Porque sólo la derrota justifica el delirio redentor.


La humillación, lo sé, puede ser  combustible del alma. Pero  al menos yo no paro, ni me quedo quieto. 






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NUEVA ENTRADAV EN EL BLOG "¡ULTREYA!".

17 comentarios:

  1. El progreso, lejos de ser consistente en el cambio, depende de la retentividad. Cuando el cambio es absoluto no quedan hechos para mejorar y ninguna dirección existe para una posible mejora: cuando no se retiene la experiencia, como entre los salvajes, la infancia es perpetua.

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    1. De acuerdo, la Tradición es la memoria de Historia, pero ese es otro tema.

      Porque hay razones en la vida que están en conserva, no son conservadoras. Es una pureza se parece a la que consigue la química por esterilización. Mujeres y hombres cuyas virtudes están "en conserva".

      Se trata de manipular el alma de lo que llamamos vida de tal forma que se evite o ralentice su deterioro . Estas personas evitan el crecimiento del pasto natural, levaduras, hongos y otros microorganismos, retrasando la oxidación de las grasas que provocan ser rancios.

      Se impregnan de azúcar o vinagre ( hay virtudes dulzonas o agrias ), se esteriliza para matar cualquier germen, y se enlata para aislarse del mundo y evitar la contaminación.

      Viven en peceras incontaminadas, bañados en aditivos químicos.

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  2. Una entrada atomista del tipo Demócrito. "Todo cambia, nada es"; "no podemos bañarnos dos veces en el mismo río".
    Estaba viendo el documental del Minuto Heroico y en un momento dado una exnumeraria definía las "canciones de casa" como de "friki total". Unos frikis cantando canciones de los años cuarenta.
    Esas canciones son una prueba irrefutable de que todo debe cambiar.
    La oposición al cambio lleva a la desaparición.

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    1. Bueno, me equivoqué: es Heráclito, no Demócrito.

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    2. En cualquier caso es esdrújulo, así que no sufras.

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  3. En el diario del Conde de Godó, hoy se publica un interesantísimo artículo de opinión de Fernando Ónega (página 14).

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  4. Me he prohibido ver ciertas fotografías y escuchar ciertas canciones. La nostalgia me corroe.

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  5. Resulta que el tiempo no existe, sí sí, tal como suena, no existe, lo que hay es una convención (un acuerdo) porque de alguna forma nos explicamos, que sale el Sol, que nos salen canas, o que se oxidan los columpios de ese patio de colegio...y utilizamos el artilugio de "nuestro tiempo" porque somos limitados. Entonces, lo que hacemos, es arrancar hojas al calendario, mirar las manecillas del reloj ...y donde antes era menos cuarto ahora son en punto, o donde ayer fue Jueves hoy es este magnífico Viernes que tanto esperabamos todos:*.

    Pero ocurre, que ese instante, el momento preciso, el ahora que antes mencionaba, ni existe ni tiene capacidad de medida, pues ni podemos capturarlo, ni existe la "agujilla" tan precisa que lo diferencie del instante anterior... y en cualquier caso que pudiéramos atraparlo, este preciso momento, por muy nanosegundo que sea, transcurrirá , ha transcurrido y transcurrió; y aunque empezó, cuando empezaba ya acabó. Siento haberos traído a este momento, del que empiezo a dudar que ni siquiera existe, pero al parecer es así como pasa.

    El tiempo entonces, no deja de ser una suma consecutiva, una sucesión de "ahoras",de instantes, de momentos que "nisiquiera existen", momentos que pasaron, han pasado y pasarán pero que nunca lograremos detenerlos; y si esa suma no acaba nunca, si siempre es así, así de infinita, y será así, valdrá la pena vivir en en la casa del auténtico Señor del Tiempo de verdad, toda esa eternidad, ya que comparado con ello lo que ocurre ahora, es eso, casi nada.

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  6. Creo como el primer comentario que recuerda mucho al gran Santayana que el progreso no consiste en el cambio permanente. Eso se convirtió en un mito para hacernos consumidores de materiales desechables que, por definición, había que cambiar continuamente. Todo se volvió objeto de cambio. Y perdimos en el camino la esencia de cada época, el ethos heredable. Por no heredar nada, y por saber crear nada al no saber tener un pie en la tradición, todo se volvió desechable, y lo peor: heraldo de lo que viene: la decadencia de una era. A Occidente no le quedan, como la conocemos, más de 25 años. No es posible que mirando atrás hasta los 90, y no es nostalgia, hubiese tal cantidad de música tan buena, en los años 20, 30, 40,50, 60, 70,80y 90. Hasta que se instaló el cambio por el cambio. Lo efímero. Estamos al final del final. Disfruten sus días.

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    1. Como la de los 80’ no hubo ni habrá jamás, lo mire por donde lo mire. En cantidad y calidad, claro.

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  7. Tengo la curiosidad de conocer la etimología de la palabra “gilipollas”. Lo usa todo el mundo, parece algo muy vulgar y repetitivo, aunque quizás signifique algo. O no, solo sea un intento de ofender sin más, quién sabe.

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    1. Gilipollas no es ofensivo, al menos para mi. Es una condición moral, un estado, una manera de pensar, también un estilo de vida.

      Muchas veces he dicho, y he pensado, de mi mismo que soy gilipollas. Le recomiendo que haga lo mismo, sobre todo, cuando lo es.

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  8. Visto así, todo y todos, somos un producto de obsolescéncia programada…
    Es lo más razonable que se ma ha ocurrido en los últimos años. Podéis zurrarme, aunque los más entendidos seguro que se les han caído los anillos por más que lo oculten, ya que tanta teoría se les va por el desgüace sin remedio.

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  9. Corre por Zaragoza un axioma que dice si compras un coche chino gilipollas seguro

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  10. Y no olviden amigos que la que nació verbenera verbenera morirá

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  11. Gil era un hombrecillo de Madrid que paseaba con sus dos hijas casaderas (pero poco agraciadas) y la gente decía "ahí van don Gil y sus pollas".

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  12. Me llegan noticias fidedignas de alguien recién llegado de VT que El Padre Sevillani ya ha salido en tertulias informales del centro de la Villa Vechia. En las tertulias de su día a dia. Parece que lo sacó Fazio como algo chistoso. Están des colocados porque saben que existe pero no saben quién es. Tienen tantos temas que ahora no quieren saber quién y además les parece bien como apertura. Pues nada. Padre Sevillani bendito seas!

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