viernes, 23 de agosto de 2013

NAUFRAGOS


“Naúfragos “ es una palícula de Hitchcock  donde nos cuenta en las primeras secuencias que en plena II Guerra Mundial se acaba de producir un doble naufragio. A partir de allí, nos movemos en  espacio psicológico inquietante.

Los pasajeros de este bote  son presentados recogiendo toda una serie de objetos absurdos para sobrevivir tras un naufragio: unos billetes que flotan, una raqueta de tenis o una mecederora. Son gente inexperta, ingenua, y algo corta en sus aspiraciones. Son siete personajes fuera de su medio, como Constance, una mujer fatal que es periodista de moda, cuyo primer gesto que vemos es su preocupación por una carrera en la media...Siete personajes que son un microcosmos de la cómoda sociedad de consumo que les ha producido.

En realidad, cada uno de nosotros podemos ser uno de esos personajes, naufragos en nuestra vida diaria. Hasta que algo, o alguien nos despierta. Puede ser una enfermedad inesperada que  se  sube al  bote, o puede ser...

En este caso  llega Willy, el octavo pasajero. La película realmente empieza cuando el último náufrago sube a la barca y lo agradece con un “Danke sen”. Ellos no lo saben, pero es el capitán del mismo submarino que les ha hundido, y que también ha sido hundido.  Es “el octavo pasajero”.

En cuanto Willy aparece en la barca lo primero que hacen los idiotas es debatir sobre si hay que aceptarle en el bote o no.

“Yo, por mi parte, me atengo a lo que decida la mayoría. Ése es el sistema americano. Pero si maltratamos a este hombre incurriremos en los mismos defectos que criticamos. En cambio, si le tratamos con amabilidad y respeto podemos acabar ganándole para nuestra causa. Es el sistema cristiano.”

Los del PNV, y amigos como Rafael Larreina,  saben algo de eso de tratar con amabilidad  a la bestia.

Son buena gente, de los que  piensan que todo el mundo es bueno y rosa. Los muy ingenuos van a compartir bote con Willy, la personificación del fanatismo. Willy es un perfecto hijo de la gran puta. Y no por ser nazi, o sólo por ser nazi: es un sectario. Escriba en la línea de puntos otros fanatismos que usted conozca...

Enseguida nos damos cuenta de que están cometiendo una ingenuidad, porque desde el primer momento Hitchcock pone a la audiencia en una posición de superioridad con respecto a los siete protagonistas y no deja lugar a dudas de las intenciones de Willy. Nos da información que ellos desconocen, Willy bosteza mientras observa a los demás forcejeando para impedír que la mujer cuyo niño ha muerto se lance al mar. También nos hace saber que Willy conspira, que entiende perfectamente inglés aunque pretenda lo contrario, que tiene una brújula escondida y que observa a sus compañeros de viaje como lo haría una serpiente, midiéndolos para zampárselos.

Siete americanos inconscientes enfrentados al estereotipo de alemán con mentalidad fría, calculadora y fanatizada. Parece un  tipo normal y corriente, uno tipo como todos, pero que sabe perfectamente lo que quiere, que tiene un rumbo y sabe cómo lograr su objetivo mientras los demás  viven a la deriva sin más rumbo definido que una vida sin muchas aristas.

Los naufragos son  incapaces de entender la naturaleza del fanatismo, porque  analizan todo desde sus premisas vulgares de cálculo materialista frente a un tipo dirigido por una causa mayor, porque Willy es un robot programado decidido a continuar la guerra en el bote, sin ninguna consideración hacia los inconscientes que le han rescatado que ni tan siquiera le registran o se plantean atarle.

Esta barca bien podría ser una metáfora de muchos partidos nacionalistas, de todo el arco político, de instituciones religiosas, de grupos de poder.

Estos siete seres carecen de ningún sentido de la realidad y lo van a aprender a usties. Inconscientes de que se está produciendo un enfrentamiento a vida o muerte por la supervivencia. Incluso creen que pueden utilizar a Willy para conseguir sus propios objetivos y que les ayude a marcar el rumbo. Unos idiotas que ignoran que Willy -¡qué se creían!- les lleva engañados hacia su objetivo: su cita con un barco alemán de aprovisionamiento.

Los Willys del mundo no dan puntada sin hilo.

Poco a poco mientras los demás discuten de baseball, se pelean por el dinero durante una partida de póquer o viven unas convencionales historias de amor, Willy se va haciendo dueño y señor del grupo. El hombre con una convicción domina al grupo que no la tiene y se convierte en jefe. Todos terminan a sus pies... Todos resignados a ingresar en un campo de concentración convencidos por Willy de que “éjta-es-la-júnica solukción-lóggggica”.

El propósito de la película es hacer ver a la gente de la calle, la que puede ser manipulada por los medios, la televisión, los políticos, que no hay que creerse nada de nadie, en principio. No somos cabecitas con alas. Nuestra cabeza está unida a un cuerpo que necesita comer y beber, y no puede ir suelta por ahí inventando argumentos idílicos que niegan esta verdad elemental.La barca no tiene nombre, pero bien podía llamarse Puta Realidad.

Hitchcock no tiene piedad con sus personajes, ni con su audiencia. Merecemos que alguien nos diga de qué va el mundo. En este sentido es significativo el striptease materialista que le hace realizar a la periodista Constance Porter, el personaje cuya evolución estructura la película. Esta mujer va perdiendo, uno a unos, todos sus objetos más preciados y al final  tendrá que utilizar su pulsera de diamantes como cebo para la pesca.

Hitchcock es un sádico que somete a sus criaturas a una situación extrema de hambre, sed, envidias, paranoias y muerte. Si cortarle una pierna a alguien ya es una putada, Hitchcock hace que se la corten a un bailarín, y, más todavía, a un bailarín que sólo baila porque está perdidamente enamorado de una mujer para quien bailar es su vida y si le cortan la pierna perderá también a la mujer, y su vida.

Hitchcock, que no se cortaba un pelo en estas cosas,  exprime los recursos y también utiliza la amputación de la pierna para demostrar la frialdad inhumana de Willy que primero se presta a amputar la pierna y salvar a Gus y que luego no duda en empujarlo por la borda.

Hasta que nuestros ciudadanos acomodados no descubren cómo es realmente Willy, que ha ocultado una botella de agua que ha estado bebiendo a escondidas y que dejó morir ahogado a Gus – ellos no saben que directamente lo empujó por la borda – no son capaces de reaccionar. Es entonces cuando se rebelan, y lo hacen de forma irracional y desmedida. Se convierten en una jauría. Encabezados por la enfermera nacida para hacer el bien atacan a Willy, todos.

No se trata de una acción en defensa propia. Es un asesinato gratuito, un linchamiento. Podían haber reducido y atado a Willy pero nuestros buenos ciudadanos, o sea, usted y yo,  están resentidos. El odio inyecta los ojos en sangre.

Tras calmarse se produce otra línea de diálogo reveladora:

“Creo que me moriré sin haber entendido a Willy ni lo que hizo. Primero trató de matarnos a todos con sus torpedos. Sin embargo, nosotros le rescatamos del mar y le acogimos a bordo. Compartíamos con él todo lo que teníamos. Todo el mundo pensaría que estaba agradecido, pero lo único que se le ocurre es conspirar contra nosotros. Luego dejó morir de sed al pobre Gus. ¿Qué se puede hacer con gente así?” Y añade: “Quizá uno de nosotros debería tratar de remar, pero ¿hacia dónde, y para qué?”.

La película termina poco después. En cuanto son conscientes de que van a ser rescatados, Constance regresa a su mundo de apariencias y reclama su maquillaje. Así somos.

Lo que está claro es que un fanático sectario sí sabe hacia donde rema, y para qué rema...y para quién rema. Esa es la diferencia.

(De Benjamingrullo)


2 comentarios:

  1. Esta muy bien la entrada de hoy. El cine, es lo que tiene, radicaliza y lleva al limite las ideas. En la realidad, creo que los hechos y las personas, aparecen mas matizados, están condicionados por muchos otros factores, no son tan directos ni tan evidentes. ¿Se puede decir que es una intelectualizacion de la realidad?

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  2. El arte es una metáfora de la vida...es verdad que la vida tiene matices y condicionantes.

    Pero leer, ver cine, arte, ayuda, y mucho, a entendernos.

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