domingo, 18 de agosto de 2013

JERO (DRIVER). CRÍTICA DE LUXINDEX


(Suso, no sabía si soltar el comentario que sigue en la entrada que escribió Jerónimo Nisa días atrás o aquí mismo… Y como no sé si la gente relee las entradas anteriores o no, me dije: «¡Pos aquí, hombreya!»).

***

En Driver (https://vimeo.com/62200526), Jerónimo Nisa nos habla de la Vida y de la Muerte.

La vida, amenazada de muerte («She´s gonna die like Mama?») y la muerte, en vida, pulcramente uniformada.

La vida, encarnada en un churretoso mecánico de autos, viudo y padre gruñón y cariñoso de seis criaturas; la muerte, en forma de un parsimonioso hearse driver solitario e irritantemente rutinario que finge mucho requisito para sólo garantizarse así (sin acaso más sobresaltos que, ¡oh, una mota en el capó!) su prevista racioncita de autocomplacencia diaria.

La vida, siempre azarosa y en jaque, circula en una cochambrosa pickup Chevrolet cuesta arriba, cuesta abajo, como puede, sin tiempo para encender las luces al atardecer ni ceder el paso en los cruces; la muerte, siempre implacable (?), va despacio, sin apuros, a bordo de un negro, negrísimo, Cadillac funerario e impoluto.

Es una historia preciosa, contada con intriga y ritmo. La fotografía e iluminación son espectaculares (para enmarcar cada fotograma). Las actuaciones estupendas (¡pese a que, contraviniendo el conocido consejo, hay unos pocos de niños y un animal!). Y qué decir de la banda sonora… ¡hasta con un precioso tema inédito que ha dado para un también precioso vídeo musical! (https://vimeo.com/67775348). Habría otros mil felices detalles y acertadas contraposiciones que comentar (la expectante golden retriever que se queda sin una despedida, ni un gesto, de su ensimismado dueño cuando éste se va; el padre angustiado que cuando acude a su casa para socorrer a Maggie, su hijita enferma, aún tiene tiempo para, a la carrera, coger en volandas, dándole así amor y tranquilidad, al más pequeñajo de sus hijos…).Ya digo, mil aciertos finos e inteligentes.

Pero para que no se me tache de entusiasta incondicional, diré que como he visto muchas veces el cortometraje sé que en 6:16 se refleja la roja camioneta de rodaje de Mike en el retrovisor de la tartana conducida por Kevin; o que en 6:55 hay, a mi juicio, un lapsus de recording con los faros apagados del coche fúnebre, hasta entonces (pues atardece) encendidos… ¿Saca eso al espectador de la historia? No. Son dos detalles intrascendentes.

Con estos dos tontorrones y rebuscados ejemplitos quiero, ya digo, demostrar la gustosa y repetida atención que le he prestado a cada segundo de este brillante cortometraje.

No obstante, hay una inflexión, un momento tan verosímil como mágico (cuando el hearse driver se transmuta en la Muerte, con su negra y raída túnica con capucha y guadaña) que yo no hubiese reiterado. La sorpresiva imagen tiene, para mi gusto, tal potencia explícita que reverberaría en el espectador hasta el final del metraje sin necesidad de insistir. Pero bueno, mientras que esto es algo muy opinable no lo es el resultado final: magnífico.

Además, si Jero ha sustanciado esta maravilla con cero $ de presupuesto, ¡qué no haría con, digamos, un presupuesto como dios manda!

¡Enhorabuena y suerte para Jero si la lleva de certámenes!

Me despido pidiéndole a Driver (Diego) que, si Suso no tiene inconveniente, publique aquí su relato Ángeles y demonios, germen de este cortometraje. Es una curiosidad que, seguro, tenemos muchos.

10 comentarios:

  1. El guion de este cortometraje fue escrito enteramente por Jero.
    La idea original parte de un cuento mío, que le hice llegar de forma gratuita.
    Espero que no sea el último.

    ANGELES Y DEMONIOS

    El miércoles pasado operaron a mi hija Sara.
    La pequeña tiene seis años. Las pasé bien putas. Gracias a Dios todo salió bien. Bueno, todo no….; alguien tiene que ir urgentemente al taller. Urgentemente.
    ……………………………………………………………………….
    Nunca he creído en los ángeles. Esos seres asexuados, con careto de querubines, emplumadas alas y corporeidad antigravitatoria, no son de este mundo. Ni nadie los ha visto.
    …………………………………………………………………………
    Miércoles cuatro de la tarde. Entro con Sarita y su madre al hospital Nuestra Señora de América, en los madriles. Para operarla hay que firmar un documento que te viene a decir, que si la niña se va de este mundo, tu único derecho es enterrarla. Así de crudo.
    Como no tienes otra opción, firmas el papel. El anestesista te pregunta el peso de la niña. Intentas entrar en el quirófano, y te dicen que nones. Así que se llevan a tu hija del alma, y tú te quedas bien jodido en un pasillo. Esperando y rezando.
    Bajas a la cafetería y los ves a la primera. En esos momentos de la vida, en que cada minuto es un año, tu atención se dispara y no se te escapa ni una.
    Son cuatro, ocupan la mesa del fondo, junto a la salida de emergencia.
    Son los Cuatro Jinetes del Apocalipsis. A saber: la muerte, el hambre, la peste y la guerra. Hoy se han disfrazado de conductores de coches fúnebres. Están en el hospital porque es su trabajo. Transportar fiambres.
    Me acojono más de lo que ya estoy. Subo corriendo siete pisos. Pregunto por la doctora Alonso. Se está preparando para la operación. Me salto el control y consigo hablar con ella.
    -¡Doctora, están ahí, son cuatro!
    -Lo sé, siempre están ahí.
    -¿Pero qué puedo hacer?
    -Señor, no puede usted hacer nada.

    Y te vas, y vuelves al pasillo, y lloras como un niño, y deseas que la doctora Alonso sea un ser humano feliz, y que anoche haya hecho el amor con su pareja hasta la extenuación, y que hoy sea un día muy lúcido para ella, y que no le tiemble el pulso, y que el anestesista no la cague.

    Y te quedas, de pie, en un pasillo. Con cara de gilipichis.

    Así que no puedo hacer nada…, de eso nada monada.
    ,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,
    Me bajo al parking. Desengancho la cabeza tractora de mi trailer. Maniobro marcha atrás hacia la salida del mortuorio. Saco todas las cadenas que tengo para conducir con nieve. Las armo, una tras otra, hasta formar un tirante de diez metros. Engancho un punta al eje trasero de mi Volvo. El otro extremo al eje delantero del mercedes del servicio funerario. Bien sujeto.
    Arranco el motor. Sin moverme subo revoluciones. Llego a las cinco mil. Piso embrague. Engrano segunda con reductora.
    Respiro, pienso en mi hija y levanto bruscamente el pie del embrague.
    Los neumáticos de mi Volvo rasgan el alquitrán. Se forma una nube azul. Salgo disparado. Me siguen mis cadenas y el eje delantero de un mercedes.
    ………………………………………………………………………..
    Hoy ese coche no se mueve ni de coña.

    Aparco donde puedo. Subo a planta. Espero y desespero.

    A las ocho de la tarde sale la doctora Alonso. Está sudando. No sé lo que cobrará la señora, pero hoy me parece que se ha ganado el sueldo.
    Me dice que la niña está bien, que no me preocupe.
    Yo la abrazo, le doy dos besos y rompo a llorar como un magdaleno
    ………………………………………………………………………….

    Nunca he creído en los ángeles. Esos seres asexuados, con careto de querubines, emplumadas alas y corporeidad antigravitatoria, no son de este mundo.
    Pero se que al menos existe uno.
    La doctora Alonso.

    Con unas alas blancas, rasgando el horizonte.

    ATENTAMENTE. DRIVER.

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  2. ¡Bien, Driver!

    Lux...necesito te pongas en contacto privado conmigo no sé quién eres). Gracias

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  3. Jodeeeerrrr, Lux! Has dado en el clavo en todos tus comentarios. Has pillao un montón de detalles que la mayoria de la peña no pilla (los dos errores incluidos...). Muchas gracias por la crítica! Y, como dice Mauricio, ponte en contacto privado con él (o conmigo: mi e-mail esta' en mi website).
    Gracias de nuevo!
    Jero

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  4. ¡Enhorabuena por la excelente crítica!
    La película me pareció maravillosa.Llega.
    Y el cuento de Driver,fantástico.
    Ánimo Suso. Estáis acumulando mucho ángel.

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  5. Animo a todos los que administréis un blog, o una cuenta de facebook, a linkear el corto de Jero...¡hay que dar a conocer al Welles del siglo XXI!

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  6. Suso, me ha sorprendido el honor de que elevaras mi atropellado comentario a entrada de tu blog… Me ha gustado, lo confieso; pese a que no lo pueda borrar, me ha gustado: muchas gracias.

    ***

    Driver, muchas gracias a ti también por satisfacer nuestra curiosidad deleitándonos con tan precioso relato. ¡Que estilo más vivo e inconfundible tienes!

    Al menos, consuélanos, anda, diciendo que te cuesta horas y horas, que escribes y borras, escribes y borras, y al final te salen esos textos pulidos y poderosos que parecen (pero que no lo son, dinos que no) escritos a vuelapluma, de una sentada y con el corazón. No se te ve artificio por ningún lado, ni tramoyas, ni alambres, ni tipex, ni delete alguno… Dinos, al menos, que no te es tan fácil.

    ¡Qué te cuesta mentirnos y decirnos que te cuesta!

    ¡¡Dilo!!

    (...)

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    Respuestas
    1. En realidad Lux, todo es un truco.
      El número de palabras y la posibilidad de combinarlas está limitado.
      El truco es universal y asequible a cualquiera.
      Son las imágenes, su número, sus matices y sobre todo su potencia las que determinan un número ilimitado de posibilidades creativas.
      Cuando escribo no me esfuerzo, simplemente me dejo llevar por las imágenes observadas a lo largo del día.

      El cerebro agradece una imagen sugerida; se encabrita si se lo das todo mascado. Es el lector el que completa los párrafos. El que refleja en su cerebro la luz de las imágenes.

      La mejor biblioteca española es el Museo del Prado.

      Allí están dibujados los mejores cuentos.

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    2. Puede que sean limitadas, pero sólo una (de esas combinaciones) es la mejor: la tuya.

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    3. Cuando pongas en marcha tu editorial, no te olvides de llamarme.
      O mejor, cuando quieras un cuento, solo tienes que pedírmelo.
      Es un buen regalo para alguien querido.

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  7. He disfrutado mucho leyéndote y releyéndote, y luego he disfrutado imaginándome ser Jero… ¿cómo rodaría yo, de ser capaz, esa historia?

    Porque, ¡qué distinto es dirigirse a un espectador que a un lector; los sentimientos, la imaginación, la inteligencia, las facultades todas, en uno y en otro caso, se animan de forma tan distinta!

    Pero, puestos a fantasear, de tener yo el difícil papel de Jero, pensaría (haciendo trampas, claro, pues ya he visto Driver) como sigue:

    «Necesito una chica angelical de la que cualquiera se enamoraría al instante [cosa que en el corto se consigue: ¡bien por el casting!].

    Pero, además, necesito que el protagonista sea portador del enardecido sentimiento que la audiencia masculina enarbola desde 8:24 (que es cuando aparece la doctora Emma Roberts, ella), pero, ojo, sin herir a nadie (así tendré también en el bote a la audiencia femenina) ¿Cómo lo hago…?

    …Ya está: ¡enviudo al protagonista!

    Y de esa conjunción me saldría una escena, que iría casi al final del corto, donde el protagonista sentiría lo que todo espectador varón ya habrá sentido mucho antes, en 8:24, en concreto.

    …Y ahí se aleja ella, ella, después de salvar a lo que yo más quiero, mientras se suelta el pelo que tan bien debe oler por muchas horas de operación que lleve a las espaldas, tan bonitas, por cierto)… ¡pero, la pillina, miradla, mira para atrás para comprobar si él la está mirando a ella! ¡Ella mira! Y eso, señores, sabemos lo que significa universalmente y desde siempre.

    Y desaparece, cruzando el umbral de la puerta batiente en un contraluz celestial, adentrándose en su reino donde, ¡dónde si no!, seguro reside el amor».

    (Por cierto, Jero, cuando ella le da su tarjeta de visita y le dice, entre otras cosas, «Call me», luego añade algo que no sé si entiendo bien, es ¿«Belive me»?).

    Fijaos, en todo este texto anterior, en todo este rollazo, sólo hemos resuelto un fleco de todo el mantón, luego nos falta el resto: todo menos un fleco… Que si el de la funeraria tiene un servicio inesperado y no nos puede dejar el Cadillac; que si fulanito no puede venir, como prometió, el viernes a las 17:00 y menganito, para colmo, tampoco al día siguiente, ni al otro, ni al otro; que si atardece, que si ya anochece, que si ya, a estas horas, no hay la luz natural que necesitamos… Que si esto un día, que si lo otro al día siguiente… Y además, hay que caracterizar al resto de los personajes, y una banda sonora original, y…

    Y encima, sin un dólar de presupuesto; ¿cómo, así, exigirle algo a la gente salvo ganas? Y esto, que conste, es malo y bueno. Bueno porque todo lo que sale es auténtico; malo porque ¡debe de ser un desmadre! Y , además, hacerlo bonito, especial, y seguir atendiendo al trabajo remunerado, claro.

    Eso es ser un buen director: eso es Jero.

    ***

    Ha sido un gusto comparar el relato con la película, los entresijos del guión y puesta en escena…

    Ahora bien, qué distintas cosas son el relato Ángeles y demonios y la película Driver.

    Con esto ocurre como cuando se traduce una poesía: si la traducción es mala sale, naturalmente, una porquería; si la traducción es buena sale… otra poesía, ¡distinta! Es imposible traducir una poesía. Es más, no creo ni en los sinónimos dentro de la misma lengua.

    Cada persona, cada situación, cada palabra, tiene su plenitud cuando es, sucede o se pronuncia. Cada uno a su manera, de una forma u otra, de eso nos muestra Jero en Driver, de eso también nos habla Driver (Diego) en Ángeles y demonios y en sus dos comentarios a la entrada de hoy (20-08-2013) de Suso; y de eso nos viene hablando Suso desde hace un tiempo, pero bajo fuego bien real: de la vida; de la vida real, del presente. Y ante eso, yo hago lo que puedo: prestar toda mi atención.

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